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Cali sostenible. 02.06.2011

A partir del trabajo sobre ciudades sostenibles de los urbanistas Jan Gehl y Walter Hook (del Institute for Transportation and Development Policy), es posible establecer en Cali diez objetivos para utilizar mejor sus recursos y reducir su contribución a la generación de CO2.
            Hay que hacer andenes anchos, llanos, arborizados y con semáforos sincronizados en las esquinas, y los peatones deben tener prioridad en todas las calles. Es la forma más natural de trasladarse, permite el encuentro entre los ciudadanos y con su ciudad y es buen ejercicio.
            Se requieren mas ciclovías debidamente interconectadas pues hay que incentivar el uso de bicicletas y bicitaxis para trayectos cortos. Permiten el transporte “puerta a puerta”, utilizan menos espacio y recursos, y son una alternativa más saludable que los automóviles y taxis.
            Además del MIO (corrigiendo los muchos errores cometidos) se necesita el tren de cercanías a Yumbo, Jamundi y Palmira. Trenes y buses consumen apenas una fracción del combustible y del espacio de estacionamiento que utilizan los automóviles privados.
            Hay que limitar el acceso de carros particulares a muchas calles del Centro durante el día y abolir el  inútil “pico y placa”. Con grandes estacionamientos públicos las personas podrán terminar su trayecto caminando, como lo hacen en los centros comerciales.
            Los taxis deben tener sitios de espera asignados, y los camiones que reparten los suministros, hacen trasteos o recogen las basuras, deben ser eléctricos, más pequeños, lentos y silenciosos, y operar de madrugada. Ahora bloquean y dañan las calles y contaminan el ambiente.
            Se deben permitir espacios comerciales en la planta baja de los edificios residenciales o de oficinas. Así se tienen calles más seguras e interesantes todo el día, pero es imprescindible un estricto control del ruido, olores y estacionamientos que generan, y de su horario.       
            Hay que impedir que Cali se extienda mas, y es urgente su área metropolitana. Es preciso incentivar que se construya en los lotes existentes y zonas deterioradas,  o expropiarlas si es del caso, igual que los edificios abandonados, y aumentar la densidad de la ciudad.
            Es necesario preservar su entorno natural y  tradiciones, incluyendo su arquitectura de interés patrimonial. Contribuye a hacer que Cali sea especial y única, manteniendo su identidad y facilitando que la gente disfrute al caminar, ir en bicicleta o al utilizar el transporte público.
            Hay que continuar las calles cortas y estrechas, interconectadas entre sí,  del Centro y los barrios tradicionales. Las ciudades en las que es placentero caminar suelen tener muchas así. Sus recorridos son más directos, variados, interesantes y atractivos para peatones y ciclistas.
            Es urgente una correcta planeación, buenos diseños, materiales de alta calidad, y adecuado uso y mantenimiento  de edificios, calles, mobiliario urbano y monumentos. Pueden durar siglos, y son indispensables para la creación de verdaderos espacios públicos memorables.
            Prácticamente todo esto ha sido repetidamente tema de esta columna hace mas de diez años, pero como se sabe, nadie es profeta en su tierra. Mas lo preocupante es que los candidatos a la Alcaldía o al Concejo no tengan mucho que decir seriamente al respecto.

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