Ir al contenido principal

Cisnes Negros. 15.11.2012


Nassim Nicholas Taleb, admirador de Karl Popper, claro, demuestra la importancia del impacto de lo altamente improbable (El Cisne Negro, 2007). Se busca lo que se presupone, como por ejemplo una ruta mas corta a las Indias, y se encuentra lo que se ignoraba: un Nuevo Mundo (p. 243). Igualmente Colón podría haber sido sólo otro loco, los que, como decía John Locke  (1632 - 1704), razonan correctamente a partir de premisas erróneas (p. 379).  Y advierte Taleb sobre nuestra ceguera respecto a lo aleatorio (p.25), y la falta de conciencia al respecto, y nos previene sobre esos expertos que no saben que es lo que no saben (p. 220), y esos psicópatas que congregan seguidores (p. 273). Insiste también en que pensamos menos de lo que creemos (p.29), que todo conocimiento a partir de la observación conlleva ciertas trampas (como lo saben los físicos téoricos) (p. 86),  que es nuestra biología la que nos dirige (como lo saben los biólogos) (p.146), e incluso nos previene con humor (pero con toda la razón ) contra los que usan corbata. En fin, a las incertidumbres las llama Cines Negros, pues se suponía que todos eran blancos hasta que se encontró uno negro.
            Cali, como el Nuevo Mundo, también es otro Cisne Negro. Belalcázar buscaba una salida al mar y no sólo la encontró sino también el improbable paraíso que cuatro siglos después describió Isaacs en María. Y, después, quien iba a pensar en la pequeña villa que fundó, y que dependía de Popayán,  que si mucho tenia un poco mas de tres mil habitantes poco antes de cuando fue escogida como capital del nuevo Departamento del Valle del Cauca, en 1910, que un siglo después tendría casi tres millones. Impacto que desbordaría todos los intentos de planificar su aceleradísimo crecimiento poblacional y la especulación con su suelo urbanizable, pese a que, como cree Taleb (p. 267), la planificación sea uno de los elementos que nos hacen humanos. De otro lado, concuerda con Edward Glaeser en que el hecho de vivir en ciudades grandes tiene un valor incalculable. “Para prosperar –dice Glaeser- una ciudad tiene que atraer a personas inteligentes y permitir que colaboren unas con otras.” (El triunfo de las ciudades, 2011, p.310). Lo que al parecer y lamentablemente no parece pasar en Cali, al menos por ahora.
            Somos, como dice Taleb proclives a lo sensacional y lo extremadamente visible, aunque sea en la predicción y no en la narración de los hechos pasados, en que estriba la verdadera comprensión del mundo (p. 148). Sin embargo, dice, alrededor de la mitad de los artículos científicos al respecto no los lee de verdad nadie (p. 149),  mientras los medios de información (no todos, claro) son inveterados “productores industriales de distorsión” (p.163) y quienes se la pasan pegados a los mapas tienden a confundirlos con el territorio (p. 194), y no ven lo que no aparece en ellos (como sucede con Planeación en Cali). Respetamos lo ocurrido, dice, pero ignoramos lo que hubiera podido ocurrir, pues es mas difícil ver el lado oculto de la Luna (o de la ciudad) ya que somos superficiales por naturaleza aunque lo ignoramos (p. 199). Tenemos la tendencia innata a subestimar los hechos raros (p.212), los Cines Negros, mientras nos apegamos a las teorías (p. 215), y a esos expertos de marras (que llevan corbata y también congregan seguidores) que no saben sobre su oficio mas que los demás, concluye (p. 27), pero que hablan como si así fuera.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d