Coinciden en Planeación con lo reiterado en
esta columna respecto a que hay que re densificar el Centro Global y en
especial sobre la Calle 25 ¿Por qué no también la 26? y que la vivienda debe
regresar al Centro. Pero lo de desarrollar el frente de la Avenida Colombia con
algo “muy bonito” no pasa de decir algo que suene bonito, como decir sobre Granada,
El Peñón y Tequendama que hay que “generar los atributos necesarios de lo que
queremos que pase allí”, y es descubrir que el agua moja lo de que “el problema
no son los establecimientos comerciales, sino el impacto que generan”. Y con
respecto al crecimiento de Cali al Sur, buena parte ya en Jamundí, es puro bla
bla detrás de los Planes Parciales ya aprobados y de los autogoles como el galpón nada “smart”
pero de moda hoy en Cali casi enfrente de la Javeriana.
Con
relación al corredor férreo, puros palos de ciego: que corredor verde, que
solución paisajística, que solución de transporte, que solución ambiental, que solución urbanística. O sea que no han
entendido del todo que el apropiado uso del corredor férreo es toda una
solución urbana para Cali como columna vertebral de su tránsito y transporte
masivo, cuyo impacto ambiental se puede paliar con la alameda mas larga del
mudo, pues su ancho da para líneas férreas, autopista interurbana, vías locales
y sendas ciclovías, en medio de hileras de samanes, y con edificios altos y
exentos a lo largo del par vial de la 25-26, del que habría que completar
primero que todo las pocas cuadras que le faltan. Casi como lo había diseñado
hace más de una década Protrans y se ha recordado también en esta columna repetidas
veces.
Con
respecto a la carencia de zonas verdes, no han visto los cerros sobre los que
se enrolla la ciudad ni la enorme cordillera que la respalda, y nada dicen de
protegerlos y con ellos la mas económica fuente de agua que con que cuenta
Cali, y de paso evitar las inundaciones. Al parecer están mas preocupados por
los moteles, con los que comienza la entrevista al Director de Planeación
Municipal y al Subdirector del Plan de Ordenamiento Territorial (El País,
19/11/2012), que hablan de Cali como si nunca hubieran vivido aquí. Y lo mismo
se puede pensar de la Presidenta de GIP (Gerencia de Gestión e Innovación de
Proyectos), firma adscrita a la Cámara de Comercio que por lo visto nada
aprendió del despropósito del (a buena hora descartado) “Parque del agua” e
insiste en una para planeación privada de la ciudad.
Es hora de
pensar mas antes de actuar mal, en lugar de pedir actuar mas y hablar menos. De entender qué es
trazar un plan, en este caso urbano, es decir relativo a la
ciudad, la que mas que un conjunto de edificios y calles, regidos por un
ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a
actividades no agrícolas, como la define el DRAE, es el escenario de la cultura
como lo dijo Lewis Mumford hace años (La
cultura de las ciudades, 1938) y se ha repetido hasta el cansancio en esta
columna por algo titulada ¿Ciudad? Porque el problema aquí es precisamente la falta
de ciudad…y de cultura; de un conjunto de conocimientos que permita desarrollar
un juicio crítico sobre las manifestaciones de la vida tradicional de las
personas de una región, y en el caso de Cali, provenientes de varias.
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