En la columna pasada
(Rafael Moneo, 25/09/2014) se había escrito algo como "con premio Pritzker
y bueno" y cuando se elimino el
"bueno" que parecía como duro no se puso "y pertinente
aquí" que era en lo que se estaba pensando. Descuido que resultó muy
productivo.
Francisco Ramírez de la
Universidad del Valle, recordó que con Pritzker ya estuvieron Eduardo Soto de
Moura (en Bogotá y Cali), por quien también reclamó María Claudia Villegas de
la Javeriana, y Richard Meier (en Bogotá), ambos el año pasado, y antes de
ganarlo Peter Eisenman y Aldo Rossi (en Bogotá), Alvaro Siza (en Bogotá y
Medellín) y Paulo Mendes da Rocha (en Medellín).
Y Alberto Miani,
Decano de los Andes, menciona, que además de los dos
Pritzker citados por Ramírez, han invitado a Paola Antonelli del MoMa, al
director de Arquitectura de MIT, Nader Tehrani, al director de la oficina de
OMA en Nueva York, Soshei Shigematsu, a Charles Renfro autor del High Line de
Nueva York, a un representante de la oficina de Cucinella (colaborador de Renzo
Piano) y a Gonzalo da Graça de Portugal.
Además, mucho antes,
Carlos Morales, cuando fue decano en los Andes, llevó a sus foros
internacionales, precisamente a Alvaro Siza Vieira y Aldo Rossi junto con
muchos arquitectos importantes, entre los que él destaca a Andrew Macmillan,
que fue decano más de 20 años de la escuela de arte Mackintosh en Glasgow, quien acaba de morir.
Y hay que completar la
lista con los muchos importantes arquitectos que Carlos Campuzano ha llevado al
Taller Internacional de Cartagena, de los Andes, en los últimos 15 años, entre
ellos el incisivo Elio Piñón, y al que invito para el año entrante a Rafael
Moneo y a su hija Belén, también arquitecto.
Ojala vayan
pues como se decía en la columna mencionada, se trata
de una de las pocas “estrellas” actuales a las que no aplica lo dicho por
August Perret: “El que no sabe construir adorna", y al que recuerdan bien
sus estudiantes en Harvard como Francisco Javier Rodríguez, por lo que, como dice Ricardo Daza, era importante registrar su paso por
Colombia y Cartagena.
Pero
nadie menciona a Luis Barragan, Oscar Niemeyer o Glenn Murcutt, todos con
Pritzker, que hubiera sido interesante tener aquí, lo mismo que a Fernando
Tavora o Sir Geoffrey Bawa, que
sí que lo merecían. O a Juvenal Baraco, Carlos Mijares, Severiano Porto,
Roberto Burle Marx, Jesus Tenreiro, Gorka Dorronsoro o Bruno
Stagno, destacados arquitectos de los países vecinos que estuvieron en
Colombia, igual que Gustavo Medeiros, quien en 1965
ya había usado techos de teja de barro sobre una planta libre en la Universidad
de Oruro.
Igualmente a Ariel Espino, cuyo articulo La
modernidad ante el trópico. Calor, Lluvia y Arquitectura en América, La Prensa, Panamá
26/01/1995, es justamente el punto, pues la pertinencia de la obra de los
arquitectos invitados a estos países es lo que debería interesar, mas que los
premios.
Lo entendió Andrés Hoyos, que quería un Pritzker para el Festival
Malpensante, del 24 al 29 de Junio de 2015 en Bogotá, cuando acogió la
propuesta de Carlos Morales de que en cambio sea Carlos Jiménez, a quien también
él trajo a los Andes, pues fue jurado del Pritzker entre 2001 y 2011 y conoce
las intimidades de un galardón otorgado además a varios arquitectos que solo
adornan y que aquí algunos aun adoran.
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