Ir al contenido principal

Lugar y dudas. 23.10.2014


          Como se sabe, pero es pertinente repetirlo, en sus primeros años el ser humano adquiere las raíces de su cultura: lengua, religión y moral, vestido y comportamiento social, el gusto por cierta música y comida, pero igualmente lo básico de la historia familiar y nacional, y vivido ya la impronta del clima, relieve y paisaje en su terruño pues generan sus tradiciones urbanas, constructivas y arquitectónicas, o las transforman para adecuarlas a nuevas circunstancia como es evidente el caso en toda Iberoamérica.
          Por eso los que emigran a una nueva ciudad deben adaptarse a otras tradiciones y paisajes urbanos, algo o muy diferentes, y eso toma cierto tiempo. Es justo lo que sucede en Cali pues la mayoría de su población actual ha venido de otras regiones, y para los pocos que han nacido aquí, y ya son mayores, también ha cambiado mucho y muy rápidamente en los últimos cien años, es decir en el curso de tres o cuatro generaciones. En conclusión, todos somos como si fuéramos exiliados en un mismo sitio (la geografía) que ha devenido de pronto en diferentes lugares, uno después del otro (la historia).
          El hecho de encontrarse una persona lejos del lugar de su primera infancia o que este ya no exista, es similar a la expatriación, la que para los griegos era el máximo castigo, amenazando con cárcel o muerte a los condenados a ella si regresaban. Pero también el exilio interno es una forma de soledad, ya sea por un forzado reasentamiento en el lugar de residencia o por verse coartada la posibilidad de actuar libremente en el mismo lugar por la carencia de significativos recuerdos comunes a todos sus vecinos.
          Es lo que sin duda afecta la calidad de vida en esta extensa ciudad; desde la seguridad, la falta de respeto por los demás, el ruido, el transporte público, el atropello del tránsito y que los peatones caminen como y por donde puedan, hasta la falta de oportunidades para el encuentro placentero y significativo de los ciudadanos en sus deficientes y no sólo insuficientes espacios urbanos públicos, pasando por la lamentable ignorancia de lo mejor de Cali: su benévolo clima y su paisaje de cerros, montañas y ríos, y de ahí su vergonzoso abandono.
          Precisamente las causas y consecuencias de este exilio interno fueron el tema de un conversatorio en “Lugar a dudas” (reiterado en Ciudades insostenibles), a partir de un recuento histórico de los censos de Cali que Germán Patiño analizó al inicio del evento, en el que finalmente se terminó señalando la total indiferencia al respecto por parte de los que pretenden manejar esta ciudad, tanto desde el sector público como del privado, cuyos portavoces insisten en los medios en que todo va bien, y que sigan acabando con los cerros y el patrimonio construido.
           En conclusión, hay que considerar la condición híbrida de la Cali real, común a Latinoamérica como lo ha estudiado el antropólogo Néstor García Canclini, para analizar su crecimiento y poder proceder a las obras y acciones necesarias para orientarlo. Principiando por escoger mejor a sus alcaldes y concejales, y desde luego el primer requisito es demostrar su conocimiento de la geografía e historia de la ciudad, entendiendo su estrecha relación, como lo señaló el historiador Fernand Braudel; y que al menos hayan leído La cultura de las ciudades, 1938, de Lewis Mumford.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d