Como los deseos de
fin de año rara vez se cumplen, es mejor pedirlos mañana y así puede que se
escuchen junto con las demás inocentadas del 28. En últimas, el deseo es un
movimiento afectivo hacia algo que se apetece. Por
eso hay que reiterarlos pese a que digan que es mas de lo mismo los que adoran los temas
de los medios (política,
asesinatos, farándula, pornografía, comida, fútbol), es decir lo mismo de
siempre.
Pidamos
pues, que Cali sea segura. Sin asesinatos, secuestros, atracos, ni robos, ni
maltratos a nadie. Sin accidentes de tránsito, o sea de motos. Sin la amenaza de
que se rompan las barreras del Río Cauca, pues no se puede pedir que no haya
temblores, y ni se diga un terremoto junto con la rotura del jarillón. Que se haga otro acueducto antes de que se
acabe el agua potable, y que se racionalice ya su uso.
Que se
pueda caminar por andenes amplios, llanos, arborizados, libres y continuos, y
parte de un sistema integrado de transporte que incluya bicicletas, buses, y
articulados y trenes por el corredor férreo pues para eso se dejó, con
viviendas de alta densidad y sus servicios a todo su largo. Que la “Directa”
sea una autopista de verdad pues en Palmira está el mejor vividero de Cali,
aparte de San Antonio.
Que
Cali sea una ciudad animada pero silenciosa, es decir que los lugares
necesariamente ruidosos tengan suficiente aislamiento acústico para no
perturbar a los vecinos, pero sobretodo que la gente aprenda a ser alegre sin
hacerle tanta bulla ni por tanto tiempo a los otros. Que la animación es
impulsar, pero no obligar, la participación en una determinada actividad en el
desarrollo sociocultural de un grupo.
Que
tenga actividades culturales diversas. Mas museos de verdad y bibliotecas mas
grandes, librerías mas y mejor nutridas, exposiciones y conferencias
permanentes, y realmente interesantes e importantes. Conciertos semanales,
ballet y teatro mensuales, y circos diversos varias veces al año. Y cines de
verdad y con buenas películas, pues ahora la gente va es a comer y chatear como
si estuviera viendo TV.
Que
vuelvan las carreras de caballos. Que se use para el futbol el elefante blanco
del Deportivo Cali y el Pascual Guerrero se destine a otros deportes. Que las
“barras” no sean violentas. Que nos apropiemos de la cordillera y los cerros
tutelares, que ni siquiera miramos y por eso los dejamos tapar. Que el
Zoológico y el Jardín Botánico sean cada vez mejores, y que se haga un Acuario
en Buenaventura.
Que
se pueda ir a Buenaventura, al mar, en un par de horas como en San Pablo o
Caracas, y lo tengamos mas a mano. Que se construya un gran parque en la Base
Aérea con un lago para poder navegar a vela o al menos remar, porque una ciudad
sin agua, ya sea un amplio río, un lago o el mar, no es tal. Y que se pueda
volver a surcar el Cauca donde hubo grandes vapores que recorrían todo el valle
hasta La Virginia.
Que
Cali sea de nuevo bella, con alamedas y sin demoliciones como en los
Panamericanos o el Club San Fernando. Que se vuelva al paseo con carros que fue
la Avenida Colombia, y que el tránsito pesado y rápido vaya abajo. Que se
elimine toda la publicidad exterior. Que no se construya en la ladera, ni se
extienda más la ciudad y su feuera pricesmartiana. Si, es pensar con el deseo
pero al menos es pensar.
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