La propuesta de la Universidad del
Valle para recuperar a EMCALI, presentada por su Rector, el Dr. Edgar Varela,
en la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali, por iniciativa de un grupo de
trabajo liderado por el economista Gustavo Moreno, hace serias recomendaciones
con respecto a las nuevas fuentes de agua para la ciudad, pertinentemente
indica que el futuro de la energía eléctrica será solar y no sólo hidráulico,
da salidas al estancamiento del área de telecomunicaciones y, finalmente, hace
énfasis en la urgencia de un cambio radical en su gobernanza, sin lo cual, como
es obvio, difícilmente se podrían adelantar las diferentes acciones
recomendadas.
Reorganización que irresponsablemente
no hizo el gobierno centralista de Uribe ni el de Santos cuando por más de una
década EMCALI estuvo a su cargo, pero tampoco los alcaldes de la ciudad ni su
Concejo lo reclamaron a su debido tiempo, y sólo querían que la empresa
volviera a ser “manejada” aquí. Es decir, por un sindicato de 90 empleados
oficiales, cómo lo reconoció el Alcalde Maurice
Armitage en dicha reunión, informando además que está buscando con ellos una
solución ya que legalmente no se puede prescindir del mismo. El problema es que
el tiempo vuela y no se sabe si el nuevo alcalde de Cali continuará en ese
empeño, y mientras la ciudad crece EMCALI decrece: así es Cali.
Además, mientras que se piensa en cómo
mejorar y aumentar el suministro de agua y energía, no se hace énfasis en su
considerable desperdicio y nada se dice sobre como evitar su robo ni de la
racionalización de su consumo logrando su disminución. En Cali se siguen
regando jardines y lavando pisos e inodoros con agua potable, y nada se ha
hecho para que por lo menos en estos se cambien sus válvulas de descarga, como
tanto se ha insistido en esta columna, y que en las nuevas construcciones
obligatoriamente se utilice para ello el agua servida de duchas y lavamanos,
además de la de las lluvias, la que además se debería recoger en pequeños
reservorios en todos los cauces que bajan de la cordillera.
Y con respecto a la energía eléctrica
la situación es similar; no se utiliza más la luz natural, casi doce horas todo
el año, adelantando los horarios, y se usa aire acondicionado sin necesidad,
sólo por costumbre o simple moda, al punto de que a las salas de cine hay que
ir con abrigo y en los restaurantes pretenciosos se enfría la comida y la gente
se viste como si estuviera en Bogotá. O el aire acondicionado es necesario
debido a la mala orientación y aireación de los edificios, la que debería ser
objeto de una normativa al respecto, lo mismo que para sus cerramientos y
cubiertas, especialmente las planas, en las que se deberían instalar paneles
solares o huertas caseras.
EMCALI fue una de las mas importantes
empresas del país pero desde que cayó en manos de politiqueros, que no
políticos, empezó su rápido descenso, el que la llevó al punto de ser
intervenida, y ahora está en manos de los caleños en la medida de que escojan
para las próximas elecciones de Concejo y Alcaldía políticos de verdad y
conocedores de lo urbano y cultural y no apenas de lo económico y social. Y
afortunadamente el crecimiento del voto en blanco en las elecciones del 11 de
Marzo pasado, abre una puerta a que así sea; uno que entienda que la ciudad es
el escenario de la cultura, como dijo Lewis Mumford y se ha repetido tanto
aquí, es el escenario de los ciudadanos cabria agregar.
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