Ir al contenido principal

Fin de año sin puentes. 24.12.2015


           Muy buen regalo para los ciudadanos (ya que todos somos peatones en algún momento) y para la ciudad, el que por fin se comiencen a desmotar los llamados puentes peatonales, mal llamados así pues no cuentan con ascensores o escaleras mecánicas. Pensados para agilizar el tránsito vehicular, al no tener que detenerse para dar paso a los peatones, no sirven, por consiguiente, si hay personas que no los puedan usar o, peor, si hay que constituir largas barreras urbanas para obligarlas a hacerlo. Como en la Calle Quinta, donde están separados unos de otros por muchas cuadras. Y pensar en ponerlos en todos los cruces es una locura.
        Pero,  además, desde el punto de vista del peatón este tipo de estructuras no sólo le alargan el camino, si tiene que buscarlas a varias cuadras y regresar al mismo punto sólo que al otro lado de la vía, con respecto a un paso vehicular o con semáforos en los que apenas tiene que esperar (a diferencia de las “cebras” en donde debería tener prelación como en todas partes). Y, como se ha dicho varias veces en esta columna, no los puedan usar los mas necesitados: ancianos, gente en sillas de ruedas o con problemas de movilidad, mujeres embarazadas o con niños pequeños o coches con bebes, y por lo tanto es falso eso de que brindan seguridad a todas las personas.
         El hecho es que los automovilistas tienen que aprender a respetar a los peatones y estos caminar sólo por los andenes y a cruzar las calles sólo por las esquinas. Pero por supuesto tendrían primero que exigir que se amplíen y se allane su suelo, hoy por hoy lleno de huecos y desniveles, y que se regularicen los carriles de las vías, lo cual agilizaría el tránsito y lo haría mas seguro, dando todo el espacio sobrante a los andenes.  Y los automovilistas tendrían que exigir semáforos coordinados para obtener “olas verdes” y que sean visibles para peatones y automovilistas, y que se les de continuidad a las vías de un extremo al otro de la ciudad, pues ahora son todo un vericueto,
           Y sin puentes peatonales la ciudad ganaría pues no hay nada que afecte tan desagradablemente el espacio urbano como esos puentes, aparte de las vallas exteriores, las antenas descomunales y las redes aéreas. Además tapan el paisaje cuando lo cerros están al fondo y ellos mismos son bastante feos. Pero si la fealdad es el alejamiento del conjunto de aquellas características que una sociedad considera convencionalmente como bonito, atractivo o deseable, sea en una persona o un objeto ¿será que los que los “diseñan” creen que los caleños han desarrollado un canon de belleza a partir de lo contrahecho?
            Menos mal que son metálicos (es posible que el Alcalde Guerrero recuerde que en su primera alcaldía los había pensado de hormigón, como le consta al autor de esta columna quien lo convenció de que mejor fueran desmontables) y se pueden utilizar en otras partes en donde se les pueda poner rampas mas cortas aprovechando desniveles del terreno como los que se presentan a lo largo de la Avenida de Circunvalación, por ejemplo. Y ojala el puente peatonal que se piensa construir para unir La Tertulia con la Casa Obeso, hubiera sido un concurso y no asignado a dedo, pese a que va ser costeado por los contribuyentes y que estará en pleno espacio público.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta co...

El estado de la cuestión. 21.02.2024

 Se trata de la base teórica sobre la que se sustenta un escrito, o que se rebate en su desarrollo posterior, y que forma parte del mismo. Pero si bien es lo ético en una columna de opinión, debería ser obligatorio en toda propuesta para la ciudad, lo que no suele suceder en Cali en donde cada cuatro años cada nuevo Gobierno Municipal simplemente ignora las propuestas de los anteriores e improvisa otras. Es lo que ahora hay que evitar en el caso del interés actual por el Centro de la ciudad o la propuesta para el Tren de cercanías, la que primero que todo se debería sustentar en la conformación del Área Metropolitana de la ciudad a partir de la que de hecho ya existe. El Área Metropolitana es la que engloba una ciudad principal (la metrópolis) que le da su nombre, y una serie de ciudades dormitorio, industriales, comerciales o de servicios (Wikipedia). Por eso la de Cali no se debe confundir con la región de ciudades del valle alto del rio Cauca, que se extiende de la Virginia a Sa...

Viaje a la arquitectura

  Recorriendo su bello país de la mano de José Saramago (Azinhaga, Portugal 1922-2010 Tías, Las Palmas, España, Premio Nobel de Literatura de 1989) de octubre de 1979 a julio de 1980, es muy grato encontrar a lo largo de Viaje a Portugal, 2022, más de 726 páginas de comidas, bebidas, gentes, paisajes, plazas y parques. Y capillas, iglesias, palacios, castillos y murallas -17 declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- la gran mayoría muy interesantes para entender, con las palabras de Saramago, en qué consiste lo emocionante que pueden ser, y por qué “la utilidad no es incompatible con la belleza” (p. 450) y que “la arquitectura, sólo por sí, puede hacer feliz a un hombre” (p. 439). Escribiendo sobre la iglesia del Senhor Bom Jesus, en Matosinhos, dice Saramago que su arquitecto, Nicolau Nasoni (San Giovani, Valdarno, Italia 1691-1773 Oporto, Portugal) supo “entender los misterios del granito lusitano, darles espacio para llegar mejor a los ojos, alternando lo oscuro de la...