Sin duda las fotomultas deben ser
bienvenidas pues han logrado eliminar mucha corrupción; que no se sobrepasen
los limites máximos de velocidad en el casco urbano; que los carros no se
estacionen tan olímpicamente en sitios prohibidos; que haya control efectivo
las veinticuatro horas del día; y que los conductores respeten mas los
semáforos, aunque lamentablemente no así muchas motos. Ni la mayoría de las
bicicletas y casi todos los peatones, para los que no hay multas. Pero de todas
maneras, es un paso adelante.
Otro paso mas son las fotomultas
móviles con camionetas con el sistema electrónico que permite registrar la
violación de la norma mientras se encuentra en movimiento y subirlo al sistema, y que se suma al
grupo de Agentes de Tránsito que también busca a los infractores con cámaras
fotográficas. Y tal como ocurre con las
cámaras fijas instaladas en semáforos, el infractor recibe la sanción en su casa.
La idea con estos controles es liberar
los andenes para los peatones y así evitar accidentes, e impedir que se
bloqueen garajes.
Y que bueno sería que precisamente los peatones pudieran enviar por Internet
fotos de los carros trepados en los andenes o encima de los pasos pompeyanos,
lo que los obliga a bajarse a las calzadas, y que los usuarios de garajes, con
su respectiva señal, enviaran las de los carros que en calles estrechas se
estacionan enfrente, cuando no bloqueándolos del todo. Así la Secretaria de Tránsito
y Transporte podría diligenciar las respectivas multas, conforme al Código
Nacional de Tránsito, ahorrándose cámaras, y ojala sin tanta papelería como
ahora, la que también cobran.
Pero lamentablemente las fotomultas
en los semáforos son también una trampa pues se corre el riesgo de ser
estrellado por detrás. Sus emplazamientos, en posición adelantada (antes del
cruce), no cuentan con repetidores bajos, por lo que no son fácilmente visibles
cuando ya se está muy cerca. Rara vez hay uno por carril y a veces solamente
uno al lado para varios carriles. Además su tiempo en amarillo es demasiado
corto, dando un mensaje contradictorio, y no están sincronizados, ni son
intermitentes por la noche, cuando no hay casi tránsito y sí mas inseguridad.
Y lo mas grave es que muchos
semáforos están tapados por otras señales de transito o avisos o postes, o en
medio de ramas de árboles, o se han torcido y no se pueden ver, o tienen atrás
enormes vallas que distraen a los conductores. Y ninguno tiene tiempo sólo para
los peatones por lo que se ven obligados a cruzar junto con los carros, con el
agravante de que cuando estos giran no esperan a que los peatones acaben de pasar,
como en todas partes. Además, aquí las “cebras” no se entienden como de prioridad
para el peatón en todo momento.
Al menos en las intersecciones en
donde hay cámaras se debería proceder a solucionar dichos problemas, dando
cumplimiento al Código de Tránsito, lo que se podría financiar con lo recogido
con las fotomultas, junto con una cátedra de diseño vial para los del Tránsito.
Y si no se comienzan a solucionar pronto, tendremos ya no el
derecho a reclamar sino el deber de proceder a una acción popular contra las multas
tramposas, para que no se vuelvan en esta ciudad otro negocio mas, como tanta
obra pública, y no un avance visible y bienvenido.
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