Ir al contenido principal

“Glocal”. 24.06.2010

Como dice Barry Bergdoll, curador de Arquitectura y Diseño en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, ya llegó a su fin la era de los arquitectos-estrella (A. Prado Coelho, P2, Lisboa, 24/05/2010)que tanto y tan mal hemos imitado aquí en los últimos años.  Comenzó con el icónico Guggenheim de Bilbao (1992-2003) de Frank Gehry y termina con el nuevo museo de arte contemporáneo de Roma, aun sin colección, de Zaha Hadid (también ella icónica, anota Bergdoll), concluido a finales de 2009. Y está aun sin terminar el Museo de la Biodiversidad en Panamá, también de Gehry, al que algo salvará su imagen caribeña. Los museos, dice Bergdoll, fueron tal vez las obras mas emblemáticas de ese período pero, flor de un día, ya los turistas no volverán a verlos una vez pasada la curiosidad.
            Estamos asistiendo al regreso a la responsabilidad social del arquitecto. Prueba de eso es la exposición que el MoMA está preparando para Octubre, Pequeña Escala, Cambio Grande, que presentará proyectos como una escuela primaria en Burkina Faso, otra "hecha a mano" en Bangladesh o un hogar para ancianos ligado a una escuela para niños en California. Ya en el 2000, en la Bienal de Venecia, su comisario, el arquitecto Massimiliano Fuksas, había pedido "mas ética, menos estética", y diez años después el chileno Alejandro Aravena, empeñado en soluciones para viviendas de bajo costo, está en el  jurado del Premio Pritzker, que tradicionalmente había premiado estrellas. Coincidiendo con Bergdoll, esto es una señal de un cambio en las prioridades de los arquitectos, y sin duda mucha ética es lo que nos falta aquí.
            Hay una reconciliación con el Movimiento Moderno, pero, previene Bergdoll, críticamente y reconociendo falencias y  problemas muy específicos del siglo XXI, y una de las soluciones que debemos encontrar o regresar a ella, como dice él, es el trabajo interdisciplinario en equipo. Incluso lo que necesitamos  es una arquitectura regenerativa, como la llama el arquitecto Bill Reed en Estados Unidos (J. Ramírez, USB-C, 12/06/20010),  no apenas sostenible sino que produce excedentes de energía y agua, y comida en sus vergeles, y que debe durar mucho mas que sus fines iniciales. Como dice Renzo Piano, “La arquitectura es a la vez el arte de hacer edificios sólidos y permanentes para la gente y […] mejores ciudades” (A. Zabalbeascoa, Pamplona, 10/06/2010), cosa que en Cali poco hacemos.
            Los edificios deben responder a su emplazamiento, uso, construcción y belleza, como indicaba Vitruvio hace dos milenios, y ser seguros, adaptables y reusables. Adecuarse a climas, paisajes y tradiciones, como lo vio Le Corbusier (W. Boesiger, 1955), y renovar tradiciones, técnicas y materiales, y ocuparse de la identidad, el paisaje y lo cívico (Richardson, 2001). La arquitectura, como todo arte, está determinada por la historia. Es en los paradigmas del pasado, en los que es inseparable del lugar -como nuestras casas de hacienda-,  de donde puede salir una correcta respuesta para su futuro, estudiando críticamente a los arquitectos que aquí y en otras partes son precursores en esto. Hay que pensar globalmente y actuar localmente como propone Bergdoll. Pero aquí seguimos en bienales de moda y premiando “pieles” de colorinches.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d