El primer “círculo” de este thriller,
una persecución en que pasan tantas cosas en un día, que
dirán que es light, se lee sin parar; o por lo mismo. Pero los siguientes son
didácticos: las ciudades en donde pasa, su arquitectura, arte y artistas, ¡y Dante! Y el séptimo
y octavo muy importantes porque llegarán a muchos. El noveno es la posibilidad
del Paraíso aquí.
Esas
ciudades son maravillosas y la última una sorpresa y ella sorprendente. Y hasta
se habla de La Alhambra, la más pequeña y más bella para los que descienden de
los que llegaron de Al Andaluz al Nuevo Mundo huyendo de la Reconquista. Volver
a recorrerlas leyendo "Inferno" es un placer y seguramente provocarán
a los que no las hayan visitado a hacerlo.
Su
arquitectura pasó de ser para un nuevo dios que no existe, y que por eso mismo
hay que hacerle grandes catedrales, a ser para los nuevos príncipes dando
inicio a un nuevo renacer que lamentablemente terminó en la arquitectura
espectáculo que aquí todavía algunos quieren, y
traen estrellas venidas a menos o sin encargos a que nos descresten con
sus penúltimas modas.
En los muy
reconocidos y bellos edificios donde corren los del thriller, hay cuadros y más cuadros famosos y murales, conocidos o
no, de los que se dicen muchos detalles que sólo se pueden ver con binóculos
allá o aquí en ciertos libros pero con lupa. Y no pocas esculturas o mejor
dicho sus reproducciones pues los originales están guardados o al menos eso nos
dicen.
Y están
esos conocidísimos artistas de los que
sabemos tanto, pero cuyas vidas en esas ciudades suenan mas apasionantes.
Artistas de antes, que lo eran pues hacían arte, y algunos de ahora que ya no
se sabe si lo que hacen lo sea. Y claro, también hay música y músicos. Y
arquitectos aunque de ellos no se habla tanto como se debería; al fin y al cabo
las construyeron.
Y Dante Alighieri (1265 –1321), el gran poeta italiano, cuya
obra maestra fue uno de los aportes fundamentales para la transición del
pensamiento medieval al renacentista. También participó activamente en las
luchas políticas de su tiempo, por lo que fue desterrado de su ciudad natal,
siendo un activo defensor de la separación radical
entre la Iglesia y el Estado.
Lo que
tiene que ver con la sobrepoblación. Cada década somos mil millones mas. La Gran
Colombia actual cada año, Bogotá cada
mes, Cali cada semana, Palmira cada día,
el barrio de San Antonio cada hora, dos manzanas cada minuto, una
vivienda cada segundo, casi todas en los países mas pobres y sin educación, que
si se “desarrollan” y consumen mas sería un infierno.
Amenaza
que niega el “negacionismo” de los que no quieren aceptar su realidad, como
esos que niegan el holocausto procurando negar que lo niegan, o que tildan de
apocalíptico. El hombre es un animal que pese a ser consciente de su propia
muerte, y el que más mata, inventa aquí vidas en el más allá después de la
muerte, o resurrecciones aleatorias en cadena.
Pero como
saben los que han leído la (Divina)
Commedia, del noveno círculo del Infierno se va al Paraíso vía Purgatorio.
De ahí que sea mejor usar algo como el “Inferno” que insinúa Dan Brown en su nuevo
best seller, que las hambrunas, guerras y pestes dantescas
que diezmarían la población para que la especie subsista; como podar una planta
para que reverdezca.
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