Cursos concentrados; intercambio de estudiantes con
escuelas y despachos de arquitectura de diferentes partes del mundo; invitación
permanente a profesores y conferencistas de diversas nacionalidades; recorridos
y visitas a obras; viajes de estudio como parte de la carrera; postgrados en bioclimática y diseño; foros
internacionales; y una biblioteca cada vez mas completa pues de alguna forma se
le suma la propia de sus muchos visitantes.
La Escuela de Arquitectura y Diseño de
América Latina y el Caribe reúne permanentemente en
Panamá, desde hace quince años, arquitectos, conferencistas, profesores y estudiantes, por dos o tres
semanas cada vez, generando un intercambio intenso y muy fructífero que
terminará haciéndose sentir cada vez mas en toda nuestra región. Por lo pronto,
sus innovaciones las han tomado muchos programas de arquitectura en nuestros
países de una manera u otra.
Y
por supuesto la importancia de esto es considerable ante la globalización
inminente del ejercicio de la profesión aquí. Nuestros
edificios, aun mas que en el mundo industrializado, deberían ser
inteligentemente económicos y no engañosamente baratos, al volver a tener en
cuenta climas, relieves, paisajes, tradiciones y circunstancias de cada lugar. Lo
que lleva a pensar que nuestra bienal de arquitectura, por ejemplo, debería ser
Grancolombiana, centrada en el trópico iberoamericano.
Es decir, concentrada en una arquitectura
sostenible y contextual, y por lo tanto ética, que se defienda con razones y no
con caprichos. La que desde luego es preciso contrastar con la de otras partes
pero ya considerando las diferencias geográficas e históricas. Nos sacaría de
la frivolidad estética en que hemos caído, por la que afortunadamente
comenzamos a preocuparnos todos y no apenas algunos críticos y arquitectos.
Precisamente “Arquitectura y Clima”
fue el tema del XIII Seminario de Arquitectura Latinoamericana, SAL, realizado en
Panamá en 2009, organizado por Isthmus. Allí quedó
claro que nuestro patrimonio urbano y arquitectónico común, tan relacionado con
nuestra identidad, es también parte fundamental del concepto de sostenibilidad
y no apenas lo bioclimático, y que es cada vez mayor el interés en reutilizar lo
ya experimentado incluyendo en primer lugar lo ya construido.
Como lo escribió José Ortega y Gasset en alguna parte: "La arquitectura no es, no puede, no
debe ser un arte exclusivamente personal. Es un arte colectivo. El genuino
arquitecto es todo un pueblo. Este dá los medios para la construcción, dá su
finalidad y dá su unidad... Los edificios son un inmenso gesto social. "
Y una definición amplia de la
arquitectura debe incluir ahora, además de la culta, la popular de las barriadas
y la vernácula de los campos, la de los arquitectos formados en las
universidades, pues coexisten influenciándose mutuamente, formando ciudades.
Por todo lo anterior Carlos Morales Hendry, creador y Director de
Isthmus, es uno de los arquitectos que mas han hecho en Colombia por la
enseñanza de su profesión, y además lo consolida como un gran divulgador de
nuestra arquitectura. En pocas palabras, ha ejercido todo un liderazgo en su enseñanza
y práctica, y sobre todo en cambiar su enseñanza, lo que comenzó cuando fue
decano de arquitectura en la Universidad de los Andes en Bogotá, por mas de
quince años, y ahora en Panamá otros quince.
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