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La tradición. 02.03.2017


          En diferentes partes de Centroamérica y norte de Suramérica se desarrollaron variaciones de una misma arquitectura doméstica de tradición hispanomusulmana. Pero con ciertas variaciones debidas a los diferentes paisajes, pero sobre todo si se trata de casas en las poblaciones o en el campo, y mucho mas en estas últimas, las que hasta hace poco mas de medio siglo eran las mas importantes y numerosas.
          En las casas de hacienda y en general en las casas campesinas, priman los corredores periféricos que miran al paisaje y los patios son abiertos por dos o tres lados, mientras que en las viviendas urbanas sus corredores, mas estrechos, giran alrededor de uno o dos patios, que con frecuencia son medios patios cuyo cuarto costado es un muro, terminando en solares, los que en los muy pequeños cascos urbanos iniciales daban al campo.
          A continuación cinco ejemplos actuales de dicha arquitectura en el trópico templado y húmedo y quebrado del valle del río Cauca, ya mencionados en columnas anteriores: tres casas aisladas cerca a la ciudad, un pequeño condominio en un suburbio, un edificio pequeño, la remodelación de cuatro casas en un barrio tradicional, cerca al Parque del Acueducto de San Antonio, que en realidad podría ser, con el del Mirador de Belalcázar y el de la Colina de San Antonio, un gran parque metropolitano justo al lado del Centro de la ciudad.
          Abajo del mismo, en el tradicional barrio de San Antonio las cuatro casas remodeladas son de medios patios y el aporte es haberlos no apenas conservado sino valorado, pues lamentablemente la tendencia allí, una torpe vulgarización de la arquitectura moderna, es cubrirlos. Igual que en esta ciudad se cierran con vidrio los balcones de los apartamentos, anulando su climatización pasiva y el grato disfrute del viento.
          En Miraflores, en el pequeño edificio mencionado, un pequeño apartamento acoda un patio con estanque con vegetación y peces; dos apartamentos, uno grande y otro pequeño, tienen sendas terrazas; dos pequeños y dos grandes cuentan con pequeños pero profundos balcones, y uno de estos últimos además disfruta de una azotea mientras el otro tiene su área social debajo de una techumbre a cuatro aguas. Es decir, todos son parecidos mas no iguales, como lo es la arquitectura tradicional.
          Camino a Buenaventura, el cuarto ejemplo, las tres casas de fin de semana, dos a este lado de la cordillera y una al otro, cuentan en conjunto con corredores, patios abiertos, terrazas, azoteas, y cubiertas inclinadas. Espacios y volúmenes presentes en la tradición rural de la región, como de la vivienda de veraneo, y de acuerdo con sus diferentes climas, relieves, vegetaciones y paisajes.
          Igualmente hay corredores, patios adosados, terrazas y techumbres en las seis casas del pequeño condominio al sur de la ciudad. En estas la vida se lleva preferencialmente en sus corredores, como en las casas de hacienda, y las salas y comedores convencionales poco se usan y pasan a ser mas un símbolo y una alternativa para cuando llueve o hace algo de frío o el sol da en el corredor.
          Tradición arquitectónica, la del valle del río Cauca, que es preciso conocer y reinterpretar de acuerdo con el paisaje cultural debido a su muy confortable clima de la región su relieve de “plan” y “loma”, su muy variada, frondosa y verde vegetación, que proviene de su pasado de casas de hacienda de corredores y urbanas de patios, a los que se han agregado terrazas y azoteas desde luego igualmente de tradición hispanomusulmana.


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