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¡Locos! 20.10.2011

Dice El País que el 40% de los caleños tienen problemas mentales, pero es mas vale al revés: si acaso el 40% no están locos todavía. Cómo entender si no las consignas de los candidatos  en sus costosas vallas como de cantantes populares malos, como si desvariaran a propósito para que otros locos voten por ellos, pues lo hacen a sabiendas de que de nuevo ganará la corrupción que está enloquecida como nunca, al punto de que a políticos presos por hacer política ilegal la Ley les otorga permiso para salir a hacerla de cuerpo presente.
            Los caleños, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, precisan ayuda médica, o sino cómo entender que no entiendan que Cali necesita es un alcalde cuerdo que acabe con esa locura de que aquí los carros se estacionen en los andenes, la gente camine por las calzadas, cruce las calles corriendo como locos  y los policías solo piden papeles y se hagan los locos. Que entienda que el progreso de las ciudades es aquel que es para gente y no para negocios locos. O sino, cómo entender la locura de las megaobras si no como veintiún  negocios de locura.
            Es una locura que el “cuerdo” Robledo “piense” que una candidata, escogida a dedo en Bogotá, como si allá si supieran que en Cali estamos locos, puede ser buen alcalde de por haber sido buena deportista. Y cómo ninguno de los candidatos, locos por hacerse al  negocio de la alcaldía, que como se sabe da mas que un envío, tampoco entienden que es una ciudad,  hay que votar en blanco así digan que estamos locos. Abstenerse, pese a que la elección popular de alcaldes es una locura, es la demencia de esa mitad de colombianos que no votan.
            Igualmente, muchas caleñas necesitan psicoanalista (que no esté ya loco), o sino cómo entender que siendo locamente bellas se implanten horribles turupes por delante y por detrás. Y desde luego están locos los que les gusta, porque a alguien le tienen que gustar aparte de los cirujanos plásticos que se aprovechan de la cordura de ellas, que lo hacen es para aprovecharse de la bobería los hombres que pagan. Locos como ese par de inquisidores que nos quieren imponer su loca teocracia de género pese a que como dice Meho ni siquiera tienen útero.
            Menos mal que la mitad de los caleños son caleñas y que la mitad de estas no están tan locas, y que aquí muchos cuerdos aún las prefieren a esas mujeres de mentiras con las que los publicistas mercenarios en este país pretenden vender de todo, incluyendo alcaldías, reformas de la Justicia y la Educación, viviendas, carros y turupes. Ellas son lo mejor de esta ciudad pues el clima ya se enloqueció y el paisaje lo destruimos como locos. Además de que pisan duro moviendo su cuerpo con loca pasión, cada vez son mas desinhibidas y sensatas.
            Como dice William Ospina en ¿Dónde cae  la rosa? Aquí “había gente que quería ser española a toda costa. El mundo americano le parecía de mal gusto; la gente demasiado india, demasiado negra; la naturaleza muy poco ilustre, los ríos demasiado barrosos. Le rogaban a Dios que todo se blanqueara, que todo se llenara de trigales y de viñedos y de pinares, que los ríos se volvieran transparentes.” Hoy se quejan de su seguridad y movilidad pero dicen que es el mejor vividero del mundo. T[odos] L[ocos] en C[olombia], de la AIS  a “la” FARC.

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