Ir al contenido principal

Miniobras. 28.01.2010

         Para mejorar la movilización urbana de Cali se debe proceder primero a eliminar los muchos “cuellos de botella” existentes en el transito, dentro de un plan que integre buses, carros, bicicletas y peatones, dando prioridad a la relación costo-beneficio de cada obra y a su sostenibilidad. Las costosas intersecciones viales a desnivel solo se deben hacer si son ineludibles y en lo posible ser subterráneas.
         Habría que comenzar por completar las vías arterias, pues ninguna lo está, y repararlas, pues todas están en mal estado, garantizando la cantidad y continuidad de sus carriles a todo su largo. Y que la parada eventual de vehículos o su estacionamiento en ellas, sus cruces con otras vías, el paso seguro de peatones por las bocacalles, no disminuyan su flujo ni mucho menos lo interrumpan, como pasa ahora.
         Hay que arreglar, completar y regularizar sus calzadas, agregando o desagregando carriles (no dividiéndolos o juntándolos),  dejando los laterales mas anchos, y hacer andenes amplios, llanos y arborizados. Poner pasos pompeyanos en las esquinas y no policías acostados en la mitad, y estacionar alternativamente a un costado, como en todo el mundo, y que el comercio tenga parqueaderos propios.
         Es indispensable garantizar las “olas verdes” en dichas vías mediante la correcta instalación de muchos semáforos sincronizados y con tiempo para los peatones (los pocos actuales no lo son ni lo tienen), con “amarillos” mas largos y un espacio para las motos adelante de los carros para que estos no invadan el paso peatonal, permitiendo además que los semáforos queden fácilmente visibles para todos.
         Hay que regresar a los dos sentidos en las vías con separador que se han dejado de uno solo. En Europa se abandonó hace años esta idea por sus entrecruzamientos complicados e inseguros, sobre todo para los peatones, los que tienden a mirar para el otro lado. O habría que hacer una única calzada, eliminando los separadores, y trasladar su arborización a los andenes, volviéndolas verdaderas avenidas.
         Y aprovechar mejor las glorietas existentes mediante el “ceda el paso” o con semáforos. Lamentablemente en Colombia no usamos la norma europea de que el que viene por la derecha tiene la vía y ni la de “uno si otro no”, que tanto simplifican el transito, sino la norteamericana de que el que está en el “round point” la tiene, por lo que sus diámetros deben ser bastante mayores para que funcionen bien.
         Utilizar el “ceda el paso” y no tantos “pares” que no se respetan, lo que los vuelve peligrosos e impiden la fluidez del transito. Adoptar el “no entre”, como en Europa, en lugar de las flechas en las fachadas de los edificios que nadie ve, y el “prohibido detenerse”, inexistente aquí, y eliminar el “cruce a la derecha en rojo” y muchos inútiles limites de velocidad. Y ubicar las señales correctamente.
         Finalmente habría que enseñarle a los caleños a caminar por los andenes sin interrumpir a los demás, y  cruzar por las esquinas, obedeciendo a los semáforos, o por los pasos pompeyanos o las cebras, explicándoles que tienen la prelación pero que no deben abusar de ella. Y hacer puentes peatonales solo donde no se pueda cruzar a nivel, y si es del caso con ascensor y vigilancia, pues las rampas son inútiles.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta co...

El estado de la cuestión. 21.02.2024

 Se trata de la base teórica sobre la que se sustenta un escrito, o que se rebate en su desarrollo posterior, y que forma parte del mismo. Pero si bien es lo ético en una columna de opinión, debería ser obligatorio en toda propuesta para la ciudad, lo que no suele suceder en Cali en donde cada cuatro años cada nuevo Gobierno Municipal simplemente ignora las propuestas de los anteriores e improvisa otras. Es lo que ahora hay que evitar en el caso del interés actual por el Centro de la ciudad o la propuesta para el Tren de cercanías, la que primero que todo se debería sustentar en la conformación del Área Metropolitana de la ciudad a partir de la que de hecho ya existe. El Área Metropolitana es la que engloba una ciudad principal (la metrópolis) que le da su nombre, y una serie de ciudades dormitorio, industriales, comerciales o de servicios (Wikipedia). Por eso la de Cali no se debe confundir con la región de ciudades del valle alto del rio Cauca, que se extiende de la Virginia a Sa...

‘La mansión’. 01.07.2020

Los ‘tiempos gloriosos’ de la casa solariega de la aristocrática familia Von Dranitz en el Este de Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial, es como Anne Jacobs subtitula a propósito su novela de 2017, pese a que se desarrolla mucho más en los que no lo fueron para nada durante la guerra y después hasta la reunificación de Alemania en 1989. Largos y diferentes tiempos que sin embargo recuerdan siempre ‘La arquitectura del poder’ (como titula Deyan Sudjic su libro de 2005 sobre este tema) comenzando por la portada de la edición en español de ‘La mansión’ que sin querer queriendo muestra un palacete como símbolo de una heredad en lugar de una gran casa señorial en el campo. Además uno de sus personajes, el joven Kacpar Woronsky, es el retrato de la apasionada relación de todo arquitecto que lo sea de verdad con su oficio/arte y sus clientes/mecenas. Hacia “planos, vistas laterales, la perspectiva delantera de un edificio ultramoderno [y] sus ideas eran originales, a veces alocadas, pe...