Cuando se va a fotografiar un edificio público o de uso público, o que resulta ser de un narcotraficante o un simple rico, y desde luego cualquier instalación militar o de la Policía, siempre aparece un guarda privado, un agente o un soldado que dice “esta prohibido”. ¿Desde cuando aquí no se puede fotografiar el espacio urbano público? Queda la pregunta de si es inconstitucional prohibirlo pero sin duda es hoy en día una medida idiota. El que quiera lo puede hacer fácilmente con un teleobjetivo, disimuladamente con una pequeña cámara o teléfono celular, diciendo que es para un noticiero (nos fascina salir en la TV), dándole unos pesos al guarda, entrando a Earth-Google, o simplemente copiando las fotos que ya se hayan publicado.
¿Será que a algunos no les conviene que se vea lo que nos han hecho y por eso dan instrucciones para que no se pueda fotografiar? Pero lo cierto es que la mayoría, con actitud de porteros, solo quieren ocultar su falta de autoridad real con el autoritarismo de decir a todo que no se puede, pero solo cuando se pide permiso o se hace de frente, repitiendo como loras razones de seguridad. No piensan que no se necesitan fotos para poner una bomba al lado de un cuartel equivocadamente localizado en medio de la ciudad, o para asaltar un banco que los delincuentes conocen muy bien antes con sus propios ojos.
Pero lo inaudito es que en ese espacio urbano público que dizque no se puede fotografiar, hace décadas que aquí todos hacemos lo que se nos da la gana y en estos casos las autoridades no aparecen por ninguna parte, aun cuando se les avise, para decir “está prohibido”. Construimos edificios que no cumplen con las normas, los alteramos sin permiso, les damos usos no permitidos, los abandonamos, los demolemos sin autorización o los dejamos caer si para nuestra supuesta desgracia son de valor patrimonial y “protegidos” por la Ley. Tratamiento que en nuestra ignorancia y carencia de tradiciones urbanas no valoramos.
Para no repetir la larga lista de lo que todos hacemos permanentemente en las calles, plazas y parques, incluyendo a la policía, que en lugar de andar diciendo que está prohibido tomar fotografías, debería dar el mejor ejemplo del uso civilizado de la ciudad. Pero, claro, es que ni siquiera hay andenes por donde caminar. Y ya no entendemos que las fachadas de las construcciones forman parte fundamental del espacio urbano, y de allí su carácter público, aun cuando pertenezcan a edificios de propiedad privada. Conforman calles que cumplen con una función social, aspecto este que menos reconocemos.
Es grave esta mentalidad, ignorante y profundamente anti ciudadana. Mientras no volvamos a entender que la ciudad es un artefacto eminentemente colectivo, artístico y público, jamás podremos resolver sus muchos problemas urbanos actuales, de los cuales ni siquiera nos damos cuenta, hoy en día, que lo son. Simplemente no los vemos y por eso incluso elegimos alcaldes ciegos. El “está prohibido tomar fotos”, es otro “tic” nacional, similar al de decirle doctor a todos mientras que a los que de verdad lo son preferimos llamarlos profesores, aun cuando no siempre lo sean. Es un síntoma mas de nuestra incapacidad de pensar mas con la razón.
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