En Manhattan o en el Loop de Chicago hacer rascacielos tenía mucho
sentido, pues son ciudades en paisajes naturales totalmente planos, como son
los de la mayoría de las ciudades en el mundo. Por lo contrario Cali se desarrolló a lo largo de la margen alta
del río, por eso mismo llamado “de la ciudad”,
mirando hacia la alta cordillera y con el Cerro de las Tres Cruces a un
lado y el de Cristo Rey al otro. Es lo
que aun se pude ver caminando por la calles de El Centro hacia el occidente, o
circulando por la Carrera Cuarta, aunque ya varios edificios altos interfieren
torpemente su vista; las más de las veces innecesariamente.
Es el efecto negativo del
gran desarrollo de la construcción, mas no de la arquitectura, la que en su
mayoría se limitó a imitar lo “moderno” y a aumentar la altura de las
construcciones para satisfacción de esta nueva industria, a la que torpemente
nada le importa su impacto en la ciudad, y al que sin desparpajo alguno llaman
desarrollo. Y que tampoco implica densificación
pues solo son unos pocos los edificios inconvenientemente altos mientras
permanecen muchas casas o se convierten en lotes. O el hecho, igualmente
contrario a la ciudad, de que cada vez hay mas construcciones altas en sus
afueras y en el piedemonte, en donde deberían estar totalmente prohibidas.
¿Cuándo se entenderá que en
Cali su mayor valor urbano arquitectónico es su relieve, clima y vegetación?
¿Qué es una ciudad lineal entre la cordillera y el rio Cauca? Hacer edificios
que pretenden ser rascacielos, con apenas una parte de la altura de los de
Estados Unidos, al lado de una cordillera que sobresale del plan del valle del
río Cauca casi cuatro mil metros no solo es ridículo sino que en las calles de
la ciudad perturba groseramente el bello paisaje vertical que rodea a Cali,
como la vista desde su piedemonte hacia el totalmente horizontal del valle del
río Cauca hasta la otra cordillera muy a lo lejos, al punto de que a veces ni
siquiera se ve.
En el caso de Bogotá lo
entendió plenamente Rogelio Salmona cuando escalono las Torres del Parque, a lo
que desde luego mucho ayudo el que las curvara alrededor de la Plaza de Toros.
En Cali si que seria útil escalonar los edificio en diferentes sentidos según
cada caso, aprovechando por lo demás para hacer amplias terrazas en las que
podría haber huertas/jardines caseros y no repetir verticalmente idénticos los
mismos apartamentos de un solo piso. Es claro que nada de esto les interesa a
las constructoras ni a los arquitectos incultos, y menos a los arribistas,
ignorantes o ingenuos que son la mayoría de sus nuevos clientes con dinero pero
sin cultura.
Tal vez para entender este
espectacular paisaje en el que se asienta Cali, hay que haberlo visto de frente
desde el otro lado del valle, y desde arriba bajando hacia el por la “Salida al
mar”. Es precisamente el amplio y bello panorama de las casas de hacienda en la
“loma” de la Cordillera Central, como la Casa de la Sierra de la hacienda El
Paraíso, o La Aurora o García Arriba. Hay que entender el paisaje de Cali como
un plano horizontal, el valle; otro inclinado, la ladera: tres conos, los
cerros; y otro plano mucho mas inclinado, casi vertical, la cordillera, la que
seria su fondo. Es lo que no ven los que no han estadoen el en el Loop de
Chicago o en Manhattan, o no los vieron de lejos.
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