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Prioridades. 31.03.2016


Advierte con toda razón Ricardo Villaveces (Responsabilidad,18/03/2016) que si se rompe el Jarillón sobre el río Cauca “podría ocasionar una tragedia que implicaría un retraso imperdonable en el desarrollo de Cali” y que afectaría directamente a casi la mitad de su población. E informa que al parecer ya la gobernadora habló de hacer un desarrollo en Candelaria para trasladar a cerca de ocho mil familias asentadas en sus zonas mas críticas.
          Pero ante las múltiples dificultades para adelantar las obras para su estabilización, igualmente es preciso darle prioridad a considerar la eventual reubicación de muchos habitantes de la parte baja de la ciudad si se rompe antes de terminarlas. Y lo indicado sería llevarlos a los municipios cercanos no afectados por la inundación y todos los problemas que acarrea, por lo que se trata de una prioridad departamental y no apenas municipal.
          Además, como se ha repetido en esta columna desde hace diez años (Tareas, 24/11/2005) la rotura del jarillón del Cauca puede ocasionar un desastre, pues afectará los servicios de agua potable y energía de toda la ciudad, la circulación de vehículos, el abastecimiento, los servicios de salud, los colegios y la seguridad, la que suele complicarse en estos eventos. Asuntos todos que por lo demás ya presentan serios problemas en Cali.
          Ya se advirtió aquí (Encuentre el error,  27/04/2006) que se sigue construyendo en donde y como no se debería, ante la candidez de los medios, la ignorancia o apatía de los ciudadanos, la corrupción de los políticos, la ineficiencia de la administración pública, y la irresponsabilidad de muchos constructores. El hecho es que se permitió urbanizar unos meandros del río que se volverán a inundar si se rompe el jarillón (El cambio, 23/12/2010).
Como se señaló aquí, hace cinco años (Lo moderno 02/12/2010), es urgente la recuperación del corredor férreo, y lo primero es completar el par vial de las calles 25 y 26, de Jamundí a Yumbo, pues si no se le paran bolas al jarillón, y se rompe, hasta allí llegará la inundación de Aguablanca. Pero al mismo tiempo sería el área libre mas fácilmente disponible para ubicar provisionalmente a los damnificados.
          Sobre todo pensando (Circulo vicioso, 13/09/2012) en lo que pasaría si se juntan un temblor fuerte con la inundación. Pero como los deseos de fin de año rara vez se cumplen, y no se puede pedir que no haya temblores, y ni se diga un terremoto junto con la rotura del jarillón (Deseos, 27/12/2012), no queda otra opción que pensar seriamente en que hacer si se rompe antes de que se termine su reforzamiento o si ocurre un terremoto.
          Por eso las prioridades (¿Inútil votar? 22/10/2015) son el peligro de inundación si se rompe el jarillón o un terremoto o los dos juntos; detener la minería descontrolada en los Farallones y hacer reservorios en la ladera con los afluentes del Cauca; y mejorar la movilidad de sus habitantes con un tren de cercanías y haciendo andenes para que la gente puede caminar por ellos y no por las calzadas como ahora. Como dice Villaveces “ya es hora de dejar las vacilaciones”.
Y hay que insistir en un cinturón verde que limite la extensión incontrolada de la ciudad, recuperar los meandros del río Cauca, que el promedio de altura sea de seis pisos, re densificando sin atropellar, incentivar aún mas altura y equipamientos urbanos a lo largo del corredor férreo, consolidando sub centros, y no extender mas los servicios públicos para beneficio de los terratenientes que la rodean (¿POT? Cali 29/08/2013).


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