Aquí no se usa la palabra, pero rambla es el lecho natural de las aguas pluviales cuando caen copiosamente. En
Cataluña, en su curso por las ciudades, se transformaron en calles anchas y con
árboles, generalmente con un amplio andén central y calzadas para carros a
ambos lados, como en Barcelona. Es decir, son vías entre edificios por donde se
circula habitualmente a pie o en carro para llegar a algún lugar.
Comparar con las ramblas de Barcelona lo que va quedando a la vista en la Avenida
Colombia entre la Calle Quinta y la Trece (pues aun no terminan la obra), sin
carros y atiborrada en todo su eje por una proliferación de mobiliario urbano,
de lamentable diseño como ya se dijo en esta columna (Recordando,
3/01/2013), es otro despropósito. No saben lo complejos que son el diseño
urbano y la memoria colectiva.
Por que también es un despropósito que no se pueda acceder al Centro desde la
Avenida Colombia en carro o taxi, como se advirtió
aquí hace tres años (La Avenida Colombia, 24/09/2009), e igualmente lo es dejar
torpemente mochas todas las calles que desembocan a ella en ese largo sector,
las que para peor de males no cuentan con espacio suficiente para hacerles
volteaderos adecuados.
Un paseo
peatonal tan cerca de la Plaza de Caicedo, a pleno sol y al lado de un río que
allí ya es un caño, es igualmente un despropósito, pues a su largo casi no
circulan peatones ni hay comercios. Como lo es también atenerse a que van a
brotar bares, cafés, restaurantes y hoteles si no hay como llegar en carro ni
donde estacionar (Pensemos,
17/02/2011), y con buses pasando a escasos dos metros de los edificios.
Otro
despropósito es que no se incluyera el Parque de los
Poetas, ni el “atrio” de La Ermita, ni el andén entre esta y la rampa de salida
del paso subterráneo (¿Y La Ermita? 03/02/2011). Que irresponsabilidad dejar a su suerte esta sensible área, y
que descuido no haber empatado bien el nuevo suelo de la Avenida Colombia
(sería un despropósito mas cambiarle su nombre) con el de las calles
transversales.
Difícil que no sean invadidos sus cruces por vendedores y
el resto por indigentes, comprometiendo su seguridad y limpieza. No es si no
ver el deterioro creciente de las calles del Centro, especialmente las que
cruzan la Avenid y el Río Cali, hacia el CAM y el Paseo Bolívar. En la 11 no se
puede casi circular de día, y en la 12 se eliminó el tránsito totalmente, y no
sólo de día y entre semana, como estaba previsto en su remodelación para su
seguridad por la noche.
Finalmente, y como también se dijo
aquí (¿La 26 caleña?
18/02/2010), el paso por debajo de la Avenida Colombia eventualmente se va a
inundar (los inviernos serán cada vez mas fuertes), y es un despropósito que no
se pueda desviar el transito a su superficie en dichas ocasiones, o cuando
ocurran accidentes o se varen carros, pues al parecer su calzada de varios
carriles no contará con arcén.
Lo que si es
un acierto fue prolongarlo hasta la Calle Quinta, como se propuso en el Plan
del Centro Global (realizado hace unos años por la
SCA, la UV y la USBC, bajo la coordinación de la SMPC),
incluso desde El Hotel Intercontinental, pues lo proyectado hace años, en un
concurso público y no a dedo como ahora, y ya pagado por valorización, apenas
era de la Calle 10 a la 13 (No
pudieron, 29/04/2010).
Comentarios
Publicar un comentario