Ir al contenido principal

San Fernando. 29.01.2020


Por razones geográficas e históricas, es decir urbanas, económicas, sociales y éticas, el lote del antiguo Club San Fernando debería destinarse para edificios y espacios urbanos de uso público. Y dada su vecindad con el Estadio, el Hospital, la sede de San Fernando de Univalle, y el Parque del Perro, debería ser el eje de la centralidad peatonal de una de las ciudades dentro de la ciudad que hay que acabar de conformar correctamente en Cali, alrededor de iniciativas espontáneas; las otras al sur serían la de la Plaza de toros y la de las universidades. Sería la forma recta de finalizar la torcida historia reciente de lo que quedó de ese tradicional club que fue un importante hito de Cali desde mediados del Siglo XX a inicios del XXI.

Es imperativo en esta ciudad, que para muchos no tiene historia, recordar que acabar con la sede del Club San Fernando fue un vergonzoso error como la demolición innecesaria del Batallón Pichincha, el Palacio de San Francisco, el Club Colombia, el Hotel Alférez Real y el colegio El Amparo. El Club funcionó inicialmente en un proyecto protomoderno de 1941, del ingeniero alemán José Moschner, fue ampliado posteriormente por Edmond Cobo, y rediseñado totalmente por los arquitectos franco belgas Philip Mondineau y Edmond Bacca a comienzos de la década de 1950, ya con una arquitectura moderna de las más destacadas de la ciudad. Imagen a las que la arquitectura de la que se haga allí deberá aludir.

Y no sobra agregar que hay que evitar repetir la equivocación de la Plaza de toros al no permitir mayor altura al edificio actualmente en construcción en el otro extremo, para obtener así una mejor visualización de la plaza, un bien de interés cultural, BIC, y para poder utilizar el parqueadero de la plaza como parque haciendo los estacionamientos debajo por secciones para poder así conservar los árboles existentes. Dentro de esta idea, lo correcto en el caso del lote del antiguo Club San Fernando es permitir un edificio de mayor altura con un centro comercial abajo y oficinas arriba, el que junto a un parque, similar en tamaño y uso al de El Peñón, sería el símbolo de la nueva centralidad peatonal de la ‘ciudad’ San Fernando.

Nueva centralidad que se extendería entre la Biblioteca Departamental al norte y el sector médico alrededor de Imbanaco al sur, unida al centro y sur de la ciudad por la Calle 5 y la Av. Roosevelt; y al nuevo eje urbano y regional para Cali, que se ha propuesto a lo largo de la vía férrea actual, por la Cr. 39, en la que habría que ampliar hasta la (mal llamada) Av. de Circunvalación, y dejar sus dos calzadas en sentido contrario (como en otras vías similares de la ciudad que aún conservan esa solución abandonada en todas partes hace años). Alrededor de esta centralidad se extendería una ciudad dentro de la ciudad que llegaría hasta la ladera de la cordillera, al oeste, y hasta la (mal llamada) Autopista Sur oriental, al este.

En conclusión, el lote del viejo Club San Fernando es una importante oportunidad para Cali, desperdiciada por años, y que cualquier intervención en la ciudad hay que verla con una mirada amplia y profunda para poder descubrir sus posibilidades, prever sus inconvenientes y establecer el momento y las circunstancias convenientes. Es decir ya, aprovechando que la Sociedad de Activos Especiales, SAE, suspendió la venta del lote hasta el próximo 29 de Febrero “en aras de que el municipio pueda llevar ante el Concejo municipal una ponencia de declaratoria de utilidad pública del predio con la finalidad de que la SAE lo comercialice al municipio de Cali, en caso de que esta sea aprobada”. (El País, 24/01/2020).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d