Como dice Edgar
Allan Poe “si algo hay evidente es que un plan cualquiera que sea digno de este nombre ha de haber sido
trazado con vistas al desenlace antes que la pluma ataque el papel.” (The Philosophy of Composition, 1846), y
lo cierto es que sólo si se tienen presentes las determinantes de un proyecto
arquitectónico o urbano – que en las ciudades son lo mismo- se le puede
conferir su indispensable lógica, procurando desarrollar la intención
establecida. Lo entendieron Mockus y Peñalosa pero no Petro (Moreno sólo robó) y con su salida se
compone Bogotá, pero ahora, para que deje de dañarse el país, hay que sacar al
Procurador, pues el querer imponer a todos sus creencias y fundamentalismo es
inconstitucional ya que este es un estado laico y democrático; se supone.
Y
aunque Petro sin duda entendió algunas buenas ideas para Bogotá, ignoró que la
arquitectura y la ciudad se
componen, como la poesía y la música, formando
de muchas cosas una, juntándolas y colocándolas con cierto modo y orden (el
arte) para que así produzcan emociones estéticas, pero sin comprometer sus requerimientos
de construcción, sostenibildad,
seguridad, uso, remodelación y reciclaje final (la técnica). Ni que mas bello que una ciudad –lo que
depende principalmente de sus edificios- no hay, incluyendo sus ornamentaciones
(pinturas, murales y esculturas) y la música de sus recintos y calles, el aroma
de sus patios, plazas y parques, y la tersura de los paramentos en que edificio
y ciudad se confunden, buscando un acuerdo entre
paisaje, clima y tradiciones, como pidió Le Corbusier.
Un poema extenso, siguiendo a Poe (un
edificio o una ciudad, lo que la mayoría de los alcaldes no entiende), no es
más que una sucesión de poemas cortos, de
efectos poéticos breves (volúmenes y espacios). Todos de corta duración pero absolutamente indispensables para causar un
efecto. Es equivocado sostener que un poema (un edificio o una ciudad). no es tal sino en cuanto eleva el alma y
reporta una excitación intensa. Pero muchos
arquitectos, como si fueran sólo artistas, prefieren que se les crea que lo son
gracias a una especie de sutil frenesí; pero la verdadera arquitectura para la
ciudad sólo se alcanza después de muchos trabajosos y vacilantes pensamientos
“a veces como un relámpago que se resistía a mostrarse a plena luz”. Es, dice
Poe, el pensamiento maduro, las elecciones prudentes, y los arrepentimientos e
interpolaciones.
Es lo que no entienden esos políticos
que no se han enterado de que la política es para la polis y no apenas para sus
bolsillos (de algo tienen que vivir), ni de que la poesía es también para
componer edificios y ciudades. Por eso, para poder componer a Cali…y al país
hay que votar en blanco, y hacerlo reiteradamente hasta que no queden
politiqueros; solo verdaderos políticos. Que entiendan que como afirma Poe “El
placer a la vez más intenso, más elevado y más puro no se encuentra más que en
la contemplación de lo bello” y lo bello es el único ámbito legítimo de la
poesía, dice Poe, teniendo siempre presente la voluntad de lograr una obra
universalmente apreciable, y que su intención al escribir es satisfacer al
tiempo el gusto popular y el crítico. Y lo mismo pasa con las ciudades y su arquitectura pues todo se
compone; no se “arregla”.
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