Que vergüenza la inseguridad de Cali. Imperdonable la falta de vigilancia adecuada del Palacio de Justicia, blanco evidente del terrorismo. Deplorable la pusilanimidad de los terroristas, el saqueo posterior al atentado y el decir ahora que lo convertirán en un centro comercial para vendedores ambulantes. Irresponsable la falta de vigilancia de las estaciones del Mio, que se han debido instalar de último, y su equivocado diseño. Pese a su altísimo costo facilita la vandalización, robo o daño de muchas de sus partes, como ya ha pasado. Que decepción las obras del Mio, casi todas mal diseñadas, construidas y terminadas, y ya medio desbaratadas, como los jardines y los separadores, o los pasos pompeyanos cuya torpe localización impide que muchos sean usados. ¡Y que tal la Calle 13!
Que vergüenza el pésimo ejemplo de los motociclistas de la Policía que andan por los andenes, o en contravia o se pasan los semáforos en rojo. Y, claro, los muchísimos conductores que hacen lo mismo y que además no tienen ni idea de manejar, y los taxis que circulan desocupados contaminando y congestionando las vías. Que atropello el de los atarvanes que le tiran sus vergonzosos “carrotes” a los demás y los trepan a los andenes y botan por la ventana su basura a la calle. Y los buses que hacen lo que se les da la gana, y que humillación que sean camiones carrozados y no buses, y que nadie se de por enterado. Y que tal las busetas (y su nombre) y ni se diga la plaga de los motociclistas, por que el problema de Cali es la desconsideración con los demás todo el día en todas partes.
Que vergüenza sus andenes que hacen aun mas vergonzosos los costosísimos cruces a dos niveles que casi no se usan, y que se siguen haciendo para beneficio solo de los contratistas y el “cvy”, en lugar de poner semáforos sincronizados y construir aceras de verdad. O tapar los huecos, que cada vez son mas y mas profundos mientras que los policías acostados son cada vez mas altos por lo que hay necesidad de retíralos apenas puestos. Que pena nuestra antitécnica y peligrosa señalización vial, y la carencia de luces para los peatones en muchos de los semáforos, y su escasísimo numero en la ciudad, pero sobre todo que no tengan tiempo para los peatones. Y que tal los semáforos peatonales que siguen funcionando aunque ya no haya nadie, como pasa enfrente de algunos colegios.
Que vergüenza la total falta de control de las autoridades de lo que se construye o demuele aquí. La invasión de los parques. El abandono de Cañasgordas (ya se derrumbo parte de su bello trapiche). Que falta de visión el desmantelamiento poco a poco de la casa de El Peñón en donde estuvo una hacienda del mismo nombre que fue propiedad del papá de Isaacs y en donde se dice que termino María. Que irresponsabilidad el desperdicio de agua potable y energía de nuestros edificios, y la de las autoridades que no obligan a que sean bioclimaticos. Que asco la mugre por todas partes, y que feas las vallas, tan grandes como vulgares, y el desorden visual que las rodea. Que vergüenza que no use para nada lo único recto que le quedaba a Cali que es su corredor férreo. Que desesperante su ruido ensordecedor y que mentira que se lo confunda con la felicidad.
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