Cali no puede perder por segunda vez en las últimas décadas la oportunidad de una transformación de verdad en su área central. En 1980 la recién creada empresa de renovación urbana, ERUCALI, realizó un ambicioso proyecto de vivienda para los barrios deprimidos del Hoyo y el Piloto, pero el siguiente alcalde, temeroso y sin visión, abortó su inminente puesta en marcha, lo que no sorprende en esta ciudad en la que otro mandatario local cerró PROTRANS, “argumentando” que el transporte colectivo no era un problema aquí. El proyecto, en pleno centro de la ciudad, se realizó dentro de la concepción de que la política urbana y regional son interdependientes, que las áreas centrales son lo mas importante y que hay que recuperar para el Estado la capacidad de dirigir el crecimiento de las ciudades. El diseño mismo buscaba re funcionalizar y densificar el sector y una mejor y mas ordenada imagen del mismo, que hasta hoy se destaca por su caos urbanístico y arquitectónico, integrándolo, mediante su comunicación peatonal y visual, con los barrios vecinos.
Ahora es El Calvario, a pocas cuadras de la Plaza de Caicedo, caracterizado por su inseguridad y desocupación progresiva, cada día mas vergonzosas. Periódicamente se hacen propuestas puntuales, pero la única propuesta integral que se ha realizado, incluida en el Plan del Centro Global, que adelantaron las universidades del Valle y San Buenaventura y la SCA hace unos pocos años, bajo la coordinación de la Sociedad de Mejoras Públicas, se ha ignorado sistemáticamente. Para dicho sector propone iniciativas públicas y privadas dentro de un reordenamiento vial y una nueva normativa, cuya implementación no significa ningún costo pero sí voluntad política. Lo de ahora son puros negocios o, por el contrario, utopías pese a lo bien intencionadas que sean. Un ejemplo mas de lo difícil que resulta planificar el crecimiento y mejora de una ciudad que se extendió rápida y desordenadamente de la mano (siniestra) del mercado, pues la propiedad privada del suelo urbano se volvió un negocio especulativo para unos pocos, a los que no les importa nada “su” ciudad.
Que oportuno que El País o la Sociedad de Mejoras Públicas convocaran a un foro sobre el tema, que entre otras cosas ayudaría a pensar en el próximo alcalde. El Centro Global es la parte mas importante de Cali, y en él El Calvario es una oportunidad única, como aun lo es el sector del Hoyo-Piloto. Necesitamos urgentemente una planificación “regenerativa” que aumente la densidad, sin “torres” innecesariamente altas, y detenga la irresponsable extensión de la ciudad sobre las tierras agrícolas que la rodean, pues no solo se trata del costo de la infraestructura vial y de servicios, que todos pagamos para el beneficio de unos pocos propietarios, sino el del transporte masivo. Las ciudades postmodernas retornan a la eficaz ciudad tradicional (Fernández-Galiano, 2010), como Abu Dabi, diseñada por el famoso arquitecto británico Norman Foster, basada en la ciudad islámica, compacta y baja, de patios y calles estrechas y sombreadas, sin contaminación y de bajo consumo de energía y agua. Ciudades con las que compartimos la mas larga y entrañable tradición urbana que existe.
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