Siguiendo el pertinente ejemplo de Antonio Caballero, toca insistir en las propuestas para lograr sacarlas adelante: que se mire la ciudad en tanto artefacto (objeto construido con cierta técnica para un determinado fin, DLE). Es decir, que se la diseñe con el propósito de que se pueda circular por ella con seguridad, comodidad, eficiencia y placer para ir a estudiar, al trabajo, las compras, los servicios de salud y a sus diversos sitios de recreación: cafeterías, restaurantes, bares, bailaderos, cines, teatros… propios de la vida en las ciudades como igualmente lo es sencillamente pasear por sus calles, avenidas, plazas, parques y zonas verdes pudiendo disfrutar del paisaje natural circundante.
Pero la realidad en Cali es que mucho se habla de lo que pasa en la ciudad, lo mismo y todos los días, y se señala de una que todos esos hechos los ocasionan las desigualdades económicas, sociales y políticas; pero muy poco se informa de en dónde es que todo eso pasa, pasando por alto que el hecho y las características del sitio están interrelacionados facilitando los hechos o incluso ocasionándolos en muchos casos como es el de los peatones muertos en las vías por carecer de andenes por donde caminar y sitios por donde cruzar con seguridad además de la debida educación cívica que los lleve a respetar a los otros y no acosarlos como ahora sucede junto con el impertinente ruido ajeno.
Si el plan vial fuera a la par con el de usos del suelo, ocupación de los lotes y densidades permitidas, la movilidad en la ciudad sería mejor; si no hubiera cruces viales mal diseñados y peor usados no habría esos ilegales “para policías de tránsito” como los que abundan por estos días; si no hubieran trancones debidos al mal diseño, demarcación y señalización vial, no se facilitarían los atracos a los carros; si las estaciones del MIO hubieran sido bien diseñadas y bien ubicadas no se las podría vandalizar tan fácilmente y, por supuesto, si el MIO fuera en verdad nuestro la gente lo defendería; y si el diseño de la ciudad fuera mejor, su disfrute lo sería aun mucho más.
En conclusión, si se hiciera el nuevo eje vial urbano y regional propuesto entre Yumbo y Jamundí, con el tren de cercanías, una autopista urbana y el actual par vial de la 25/26, ciclovías de verdad y amplios andenes junto con la alameda más larga del mundo punteada
por generadores eólicos, la movilidad en la ciudad y su área metropolitana (hay que insistir en que se oficialice) sería mucho mejor, junto con la correcta demarcación y señalización de las vías. Si se auspiciara la división de Cali en varias ciudades dentro de la ciudad formadas por los barrios tradicionales, y estos agrupados en supermanzanas, la vida en todas estas unidades urbanas sería más grata, fácil y segura.
Difundir estas propuestas junto con las pertinentes a lo económico, social y cultural, ayudaría a que la gente vote y no apenas se queje. Si organizaciones como la Sociedad de Arquitectos se ocupara más de la arquitectura de la ciudad podrían contribuir a que los ciudadanos y el gobierno la entendieran también como un artefacto, o si en la Sociedad de Mejoras Públicas se recordara que inicialmente se la entendía como la de las obras publicas y no se lo hubiera innecesariamente dejado de lado cuando pasó a ocuparse responsablemente de otros temas, como ha pasado con el nuevo eje urbano mencionado auspiciado por la SMP y en cuyo equipo de trabajo están varios de sus miembros.
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