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Ver en casa. 15.09.2021

 En toda casa se mira hacia fuera, hacia patios, jardines, calles, plazas o parques, y a lo lejos hacia el paisaje de la ciudad y más allá la naturaleza que la rodea, ya sean valles, montañas, mares, lagos o ríos. Pero también se ven adentro, sus espacios, los muebles, las decoraciones varias, los cuadros, los floreros y demás, y las personas y mascotas que están en ella pese a que en las fotografías de las revistas de arquitectura casi nunca salen; estas sólo muestran espacios desocupados de toda vida pasando por alto que el objeto de las casas son precisamente las personas que las habitan y las demás que las visitan; pero, claro, es todo un problema para el fotógrafo ¿y quiénes serían los modelos?

Y por supuesto, en las casas se ven otras cosas importantes: culturas, épocas, niveles sociales, costumbres, soluciones, para enterarse de las cuales no bastan las fotografías sino que es imprescindible describir por escrito lo que se ve en las casas, y eso solo se puede hacer visitándolas y de ahí el fraude de las revistas de decoración con muchas fotos y pocos textos. Y al visitar las casas famosas que se pueden visitar, son muchas, es conveniente haber leído antes sobre ellas o al menos hacerlo después, y lo que se vio en cada casa aumenta mucho, ya generalmente han sido modificadas en sus muebles, como la Casa de la Sierra de la hacienda El Paraíso, en Cerrito cerca a Cali.

Por ejemplo sobre la casa estudio de Frank Lloyd Wright en Oak Park en Chicago o la Casa de la Cascada; o sobre la Ville Savoye de Le Corbusier cerca de París, y que curiosidad despierta el sencillo apartamento en donde vivió Ludwig Mies van der Rohe y que no se puede visitar, pero si la casa Farnsworth con romance/ demanda de por medio; o la casa de Luis Barragán en Ciudad de México. Y es mucho lo que se puede aprender visitando la Casa de los Huéspedes de Colombia en Cartagena de Indias, de Rogelio Salmona. En todas partes hay casas que se pueden visitar y de las que se puede aprender mucho si se aprende a verlas más allá de lo que muestran a primera vista.

Ver en casa no es entonces sólo percibir algo mediante la acción de la luz, también es percibirlo con la inteligencia, comprenderlo y comprobarlo, examinarlo con cuidado y atención, reconocerlo y procede a reflexionar (DLE). Y, en el caso de un arquitecto, proceder entonces no a dibujarlo sino a escribirlo para, ahí sí, pasar a dibujarlo para un nuevo proyecto, en el que la forma no sólo obedece a la función y a la construcción sino también a la memoria: a la del arquitecto y a la de la gente que la visita o que apenas la ve al pasar caminando por la ciudad, y por eso mismo es que se le debe dar importancia a su emplazamiento pues determina, mucho o poco, cómo percibir el proyecto.

“Las verdaderas casas del recuerdo -dice Gaston Bachelard-, las casas donde vuelven a conducirnos nuestros sueños, las casas enriquecidas por un onirismo fiel, se resisten a toda descripción. Describirlas equivaldría a ¡enseñarlas!”, sin embargo: “Siempre quedará una ventana donde asomarse, /Promesas por mantener, /Un árbol donde apoyarse”, señala Andrée Chedid, y además: “El que desde afuera mira por una ventana abierta, nunca ve tantas cosas como el que mira una ventana cerrada”, bien concluye Charles Baudelaire, pero lamentablemente Antonio Caballero ya no se podrá asomar más a su ventana para ver a Colombia en el mundo y opinar críticamente al respecto.

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