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La Robdia. 08.09.2021

 A las amenazas del evidente cambio climático y de las medidas que de pronto se tomen a la carrera (¡ojo con el jarillón!); de los desperdicios, las basuras y los plásticos no reciclables; de la sobrepoblación que agrava todo; o de un accidente o una guerra nuclear; se suma una quinta amenaza: la robótica, la Big Data y la inteligencia artificial [Robdia].

Como ya advertía el periodista y escritor Andrés Oppenheimer en su libro ¡Sálvese quien pueda!, de 2018, son la dependencia cultural y la automatización de todo las que están acabando en muchas partes con el placer tradicional de la vida urbana; o reduciéndola a los grandes centros comerciales, se podría agregar, en los que ya es diferente.

Respecto a los horrores a los que se refiere Oppenheimer, es preocupante que se crea que la llamada inteligencia artificial y los robots signifiquen en todos los casos un progreso para la humanidad, pasando por alto el problema laboral inmediato, ya que otra cosa es el reemplazo del trabajo repetitivo en las fábricas, e ignorando la calidad de vida si no se salvan las artesanías y las artes pues ya se pueden hacer obras musicales, pictóricas, fílmicas y literarias a la manera de cualquier autor famoso por medio de algoritmos, y no se podrían escribir columnas de opinión cuya autoría sea solo humana y por supuesto su escritura ayudada por Google y su divulgación por internet ya no lo es.

Igualmente está el terrorismo inducido que descubre la investigadora Julia Ebner en 2020 en La vida secreta de los extremistas donde expone las raíces ocultas de los movimientos fanáticos digitales y cómo no hay un usuario de internet que esté a salvo de las campañas de radicalización, ni proceso electoral que sea inmune a la injerencia extranjera o local y expone los límites que enfrentan gobiernos y compañías (pp. 261 a 272) y presenta diez predicciones para 2025, entre ellas las movilizaciones no tradicionales, el terrorismo de Estado, el resurgimiento de la ultraderecha, la desinformación sobre el cambio climático, las migraciones y la misoginia (pp. 273 a 278).

Y ahora la profesora y periodista Marta García Aller advierte en su libro de 2020, Lo imprevisible, sobre los robots (dispositivos electromecánicos artificiales con un cierto propósito), la Big Data (análisis artificial de grandes volumenes de datos) y la inteligencia artificial (mal llamada inteligencia pues no razona) que están presentes en cada vez más aspectos y actividades de los seres humanos. En los viajes, los gustos, la seguridad, la confianza, el amor y el sexo, y la salud; pero también en el empleo, la naturaleza, la justicia, la estupidez, el humor, y la verdad, al punto de que: “La mentira es una de las grandes amenazas de la democracia en el Siglo XXI” (p. 268).

Utilizar la Robdia para ayudar a anular las otras cuatro amenazas sería lo pertinente ya que como lo señala el periodista Juan Jesús Vallejo: “Desconfiar nos hace un poco más libres, y buscar la verdad nos da el poder para cambiar el mundo [pero] de nosotros depende que con nuestras acciones, nuestros votos y participación en redes sociales [pertinente y verificable] seamos capaces de construir un mundo más justo” (Conspiración, 2010, p. 15). El problema es que, como lo afirma Alison Gopnik, estudiosa de la teoría de la mente: “La estupidez natural representa un peligro mucho mayor para el futuro de la humanidad que la inteligencia artificial”. (citada por García Aller, p. 300).

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