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La capital de la moto. 24.11.2021

Para muchos de los habitantes de Cali y su área metropolitana, no oficializada todavía pese a ser clave para la planificación y control de la ciudad, y cuyo número será mayor cada década, el más eficiente y económico medio de transporte, hoy y para los próximos años, son y serán las ruidosas motocicletas. Y ante la falta de más y mejor control del tránsito por parte de las autoridades municipales, y de una adecuada señalización y demarcación de todas las calles de la ciudad, cada vez será mayor el desorden en las vías principales, y en consecuencia se alargarán los tiempos de viaje y aumentarán los trancones, los acosos, los accidentes, los atracos, el ruido y los desagradables pitos.

La solución, por supuesto, es recuperar y mejorar el MÍO, como muchos ya lo han señalado, pero urgen algunas soluciones inmediatas y provisionadas, una de las cuales podría ser la demarcación de carriles solo para las motocicletas. O que estas puedan usar de manera controlada los carriles exclusivos del MÍO, como muchos motociclistas lo hacen ahora y lo seguirán haciendo pese a estar supuestamente prohibido, en donde necesariamente tienen que circular antes o detrás de los articulados y, por lo tanto, a su misma velocidad, y solo los podrían sobrepasar, o abandonar dichos carriles, en las estaciones, tal cual como cada vez más lo hacen ahora sin mayor problema ni control alguno.

El MÍO habría que transformarlo en un solo sistema de movilidad en la ciudad, público, multimodal e integrado, desde el peatón o el ciclista que llegan a sus paradas, utilizando para el transporte colectivo buses comunes, articulados, biarticulados y trolebuses, eléctricos y de plataforma baja, y para el transporte masivo el tren de cercanías, el que sería la columna vertebral del sistema, e iría por el nuevo eje urbano y regional ya propuesto usando el actual corredor férreo, y con otras rutas norte-sur de biarticulados, paralelas al mismo, y varías transversales, oeste-este de articulados, alimentadas a su vez por buses comunes; todo con un pasaje único y cobro por tiempo utilizado.

Además, inicialmente se podría incluir, legalizándolo, una buena parte del heterogéneo transporte informal actual para ciertas rutas entre algunas de las estaciones del MÍO y los extremos más inaccesibles de la ciudad, y no que continúe siendo una alternativa más económica y eficiente para muchos, o la única debido a las rutas inexistentes del MÍO o a sus estaciones y buses vandalizados y aún en reparación. Es lo que se ha debido hacer desde el principio y no pretender la apresurada chatarrización de sus vehículos, que como era de esperar no se cumplió, pero la que sí habría que hacer poco a poco una vez todo el sistema de transporte comience a funcionar con regularidad.

Y si se contara pronto con unas cuantas ciudades dentro de la ciudad a base de súper manzanas alrededor de centralidades peatonales, también ya propuestas, las motocicletas pronto darían paso a las pequeñas motos eléctricas (ya a la venta en Colombia) y a las bicicletas y sobre todo a los peatones, y Cali pasaría a ser la capital del andén. Y si estos fueran continuos, anchos, llanos, sin obstáculos ni tropezaderos y bien arborizados, es mucho lo que podrían ayudar a que el tránsito de vehículos y peatones sea más ágil y seguro, y mucho más agradable para todos los habitantes de la ciudad al fomentar su igualdad y felicidad pues igualmente servirían para que se identifiquen en ella y con ella.

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