Ir al contenido principal

Homo urbanitas. 06.07.2022

 Igual que los primeros homo sapiens no sabían que lo eran ni lo que significaba en su vida, a inicios de la segunda década del Siglo XXI muchos, incluyendo políticos que ignoran que lo son de la polis, no son conscientes de que ahora se les debería llamar homo urbanitas: individuos, familias, vecinos y comunidades, acomodados a los usos y costumbres de la ciudad. Por ejemplo, en Cali, ciudad que es casi una pesadilla (la salvan su clima y paisajes), todo lo contrario del sueño que escribe Medardo Arias Satizábal (Lindo cuando amanece, El País, 26/05/2022) debido a que muchos no saben cómo morar en una ciudad y no sólo habitar en ella acosando a los otros en varios aspectos.

Es como un período de la vida del ser humano que pareciera preceder a la madurez, en el que, dice el DLE, escasea el buen juicio, la prudencia y la sensatez al ocuparse en cualquier actividad física o intelectual, o sea el conjunto de operaciones o tareas propias de una persona, ya sea perteneciente o relativo a la constitución y naturaleza corpórea o al entendimiento, como a la carga emocional de sus distintos estímulos. Es un asunto de educación cívica, la que primero se aprende de los padres, la familia, los amigos y los vecinos, y pronto se va a la escuela y se aprende de los demás y de algunos maestros que no se olvidan por abrir la mente a sus discípulos a las ciencias, humanidades y artes.

Es el respeto a los otros y no su discriminación económica, social, cultural, urbana o política, y al tiempo conservar usos y costumbres propios, pero solo en la medida en que no afecten a los demás en sus maneras habituales de actuar o comportarse. Las áreas urbanas representan el 2 % de la superficie terrestre, pero albergan a más del 50 % de los 7900 millones de habitantes en 2022, y ya consumían hace pocos años el 75 % de los recursos producidos por la economía mundial. Uno de los desafíos del ‘siglo de las ciudades’ es el agudo impacto en las áreas rurales por una sobre demanda de producción agropecuaria para abastecerlas (A. L. Lamia, BID, 26/O1/ 2015); y además crecen demasiado rápido.

Como ya se dijo en esta columna (Ciudad y ciudadanos, 06/06/2013) los verdaderos ciudadanos, no sus simples habitantes, aparecen luego de las ciudades pues estas fueron inventadas antes y son, con la lengua, la mayor creación del hombre, como dice Lewis Mumford en La Cultura de las Ciudades, 1938. Por eso, unos mejores sectores urbanos no serían muy diferentes a las pequeñas ciudades de antes, añadiendo a su uso peatonal y a la calidad espacial de sus calles, la infraestructura de servicios públicos de las actuales, contribuyendo a mejorar su seguridad, movilidad, confort y belleza, y logrando un mucho mejor comportamiento en el espacio público urbano o construido.

Considerando que en Colombia la mejor calidad de vida se da es en sus ciudades intermedias, es importante para las más grandes recuperar la política de las “ciudades dentro de la ciudad”, como espontáneamente se han dado en muchas partes, pero incompletas, y que en Colombia incluso fue una política urbana del Departamento Nacional de Planeación ya en 1974. Un propósito de ciudad en la ciudad a base de supermanzanas que, compartido por muchos ciudadanos, sería útil para escoger alcaldes y concejales que se comprometan a llevarlo a cabo, que garantice su continuidad a largo plazo, y que este sueño de algunos al ser compartido por muchos se vuelva una realidad para todos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta co...

El estado de la cuestión. 21.02.2024

 Se trata de la base teórica sobre la que se sustenta un escrito, o que se rebate en su desarrollo posterior, y que forma parte del mismo. Pero si bien es lo ético en una columna de opinión, debería ser obligatorio en toda propuesta para la ciudad, lo que no suele suceder en Cali en donde cada cuatro años cada nuevo Gobierno Municipal simplemente ignora las propuestas de los anteriores e improvisa otras. Es lo que ahora hay que evitar en el caso del interés actual por el Centro de la ciudad o la propuesta para el Tren de cercanías, la que primero que todo se debería sustentar en la conformación del Área Metropolitana de la ciudad a partir de la que de hecho ya existe. El Área Metropolitana es la que engloba una ciudad principal (la metrópolis) que le da su nombre, y una serie de ciudades dormitorio, industriales, comerciales o de servicios (Wikipedia). Por eso la de Cali no se debe confundir con la región de ciudades del valle alto del rio Cauca, que se extiende de la Virginia a Sa...

‘La mansión’. 01.07.2020

Los ‘tiempos gloriosos’ de la casa solariega de la aristocrática familia Von Dranitz en el Este de Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial, es como Anne Jacobs subtitula a propósito su novela de 2017, pese a que se desarrolla mucho más en los que no lo fueron para nada durante la guerra y después hasta la reunificación de Alemania en 1989. Largos y diferentes tiempos que sin embargo recuerdan siempre ‘La arquitectura del poder’ (como titula Deyan Sudjic su libro de 2005 sobre este tema) comenzando por la portada de la edición en español de ‘La mansión’ que sin querer queriendo muestra un palacete como símbolo de una heredad en lugar de una gran casa señorial en el campo. Además uno de sus personajes, el joven Kacpar Woronsky, es el retrato de la apasionada relación de todo arquitecto que lo sea de verdad con su oficio/arte y sus clientes/mecenas. Hacia “planos, vistas laterales, la perspectiva delantera de un edificio ultramoderno [y] sus ideas eran originales, a veces alocadas, pe...