Expertos locales, nacionales e internacionales concuerdan en que las razones de la mala movilidad en la ciudad son: la falta de un plan de movilidad, la mala infraestructura vial y su señalización, el incumplimiento de las normas y estas mismas. En consecuencia, el alcalde, fan del loco Goyeneche, decidió eliminar normas y señalización para que nadie las incumpla, no reparar ni mejorar la infraestructura vial para estimular la inmovilidad en casa, y así no urgiría un plan de movilidad.
Que todas las vías sean democráticamente de doble sentido y así nadie circularía en contravía; y que en las de un solo carril, cuando se encuentren de frente dos vehículos, que decidan a cara o sello quién tiene que retroceder o acudan al Esmad. Y que con las láminas de las flechas indicativas se haga un Museo de la Memoria del Tránsito que atraería mucho turismo en busca del pasado cuando en las ciudades del mundo no haya carros, y aquí por lo contrario haya muchos más y muchas más motos.
Eliminar los semáforos o simplemente apagarlos y dejarlos de adorno, y así nunca nadie se los pasaría en rojo, y que el que llegue primero o pite más duro tenga la vía, o un narcocarro más grande y ojalá rojo para que todos lo vean. También eliminar las pocas señales de ‘pare’ que aún se ven, y aprovechar que la señal de ‘ceda la vía’ no existe en el país y que lo pertinente sería: “Tómese la vía como bien pueda”; y olvidarse de los pasos pompeyanos que nadie usa por estar mal localizados.
Que se elimine el tope de velocidad permitido y así nunca nadie lo rebasaría; pero para que no circulen demasiado rápido, que se pongan más reductores de velocidad, destructores de carros, generando trabajo, y que no se tapen los huecos de las calzadas y se hagan más y se dejen los escombros allí. Sería darle más tiempo a los que se movilizan por la ciudad para que puedan disfrutar calmadamente de su bella y abundante vegetación y paisajes circundantes a los que hoy nadie mira.
Permitir estacionar en todos los andenes y así habrá más espacio en las calzadas para que las mascotas lleven a sus ‘dueños’ por ellas, y peatones y ciclistas las puedan cruzar cómodamente por donde quieran. Y eliminar taches y separadores para que los carros avancen por donde puedan… como ahora, pero con más libertad, igual que ya lo hacen las motos y de ahí bienvenido lo de ‘Capital semi mundial de la moto’, aunque sería mucho mejor de la ‘salsa en moto’ o el ‘baile y salsa en moto’.
Que no se exija licencia para conducir vehículos para que todos los que quieran puedan hacerlo cuando quieran sin incumplir con la ley ni tener que responder por los accidentes, y sin importar quien sea el propietario del vehículo ni si tiene sus papeles al día. Así habría muchos más funcionarios disponibles para agilizar la lenta sacada de nuevos pasaportes y demás papeleos oficiales permanentes como lo es el pago de las multas, las que ahora habría que inventarse aún más.
Y en vez de quintuplicar los agentes de tránsito que se destinen los pocos que hay a poner comparendos a los que insistan en acatar las viejas normas, salvo a los que estacionen en las calzadas debido a la inexistencia de andenes en la ciudad o a su ridículo ancho. Además, se podrían jubilar algunos agentes de una vez y destinar otros ocasionalmente al nuevo Esmad Blanco para ayudarlo en sus nuevas funciones en procura no de impedir movilizaciones en la ciudad sino darles vía en las vías.
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