Hace 25 años en “Un Metro para medir a Cali” decía que “el sistema de transporte masivo dirá mucho sobre lo que es Cali y lo que será. El Metro es civilizador, como se puede comprobar en México o Caracas o Medellín (pese al error de haberlo pasado elevado por el centro de la ciudad) [pero] casi todos los que existen son subterráneos y por lo tanto costosos. […] Por fortuna [el] corredor férreo que atraviesa [a] Cali […] permitirá que el Metro sea recto y a nivel, lo que redundará en una sencilla y económica construcción, que no perturbará tanto a la ciudad, y [en] bajos costos de mantenimiento y operación. Y será mas agradable circular a la luz del día que en un túnel. [Pero] la mayor parte de la actual demanda de transporte, desde los barrios al centro y viceversa, no coincide con el corredor férreo. Por eso están previstas una línea que comunica con el centro -- […] subterránea-- y una de superficie a Aguablanca [y] buses [alimentadores].
[Se] ha dicho que el Metro dividirá a Cali pero lo cierto es que ya está dividida por el corredor férreo. Por lo contrario, es la oportunidad de unirla. Pero hay que asumir […] un cambio radical en la estructura urbana de Cali y su zona metropolitana [y] habría que prolongar el sistema a Yumbo y Jamundí mediante un tren de cercanías […] Sin embargo, lo crítico son las 20 avenidas que cruzan el par vial de la 25-26 […] En todos estos casos habrá que hacer pasos a dos niveles, pero en la mayoría de ellos habría que utilizar las manzanas existentes a manera de "orejas" para poder así continuar los andenes, y disponer en ellos servicios y comercios complementarios del Metro, de tal manera que sea la ciudad completa la que pase al otro lado y no solamente los carros.
Por esto las estaciones deberían estar cerca a los puentes [o] debajo […]. O encima, pues [en] donde el terraplén de la carrilera actual es bastante alto […] tendrían que [ser] pasos semi subterráneos, ya que las rampas serian demasiado largas […]. Finalmente, las zonas libres, que quedaran […] a ambos lados de las vías, deberían unirse mediante amplios pasos peatonales derechos y suaves, y […] las vías se deberían cerrar con una barrera de árboles y arbustos […]para aislar acústica y visualmente el paso […] de los trenes. [Y]todo esto seria más fácil, eficiente y económico si las vías pasaran por debajo […] de las calles […] pero habría problemas de drenaje, se tendría que desechar la carrilera existente, y los cruces de las avenidas con la 25-26 tendrían que ser a nivel por lo que la eficiencia de esta importante vía metropolitana seria menor.”
Por eso es prioritario lo propuesto hace cuatro años en “Vote no lo bote”: “[un] alcalde que vea el progreso, desarrollo y posmodernidad para Cali, ante el cambio climático con un nuevo eje urbano y regional por la vía férrea. Seria la alameda mas larga, ancha y variada del mundo, con una fila de generadores eólicos y ocho hileras de árboles de diferentes colores señalando sectores y cruces. Se gozaría desde el tren de cercanías y una autopista urbana, y en buses, carros, motos y bicicletas en el par vial de las calles 25 y 26, o caminando por amplios andenes al lado de pórticos de edificios de mediana altura cubiertos con paneles fotovoltaicos, o por un largo parque mecido por la brisa y con gran variedad de pájaros, y bien vigilado por autoridades y ciudadanos.”
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