Desde luego las amenazas continuarán en este nuevo año, y ni para que recordarlas, pero sí toca mencionar que preocupa que la ONU haya denominado el 2025 como el Año Internacional de la Paz y la Confianza, lo que hace que se desconfíe más de dicho organismo, justo cuando el mundo está al borde de avances tecnológicos que transformaran industrias, economías, sociedades y países, y habrá cada vez menos diferencia entre ciencia ficción y realidad; y entonces toca añadir que la ignorancia y el mal uso de la IA son dos amenazas más, y que la democracia está cada vez más amenazada en más partes y de diversas maneras.
Pero pese a todo lo que se viene encima, es más que conveniente pensar en qué hacer y cómo, para que el 2025 sea un año mucho más interesante y placentero que el anterior Y sin duda lo sería leyendo, estudiando, creando y escribiendo mucho aún más; y entretanto, gozando a fondo de sabrosas comidas periódicas degustadas con ricas bebidas, antes y durante, y después de dulces postres y cafés oscuros, acompañadas de interesantes o divertidas charlas con los amigos, y mejor las dos al mismo tiempo, en lugares bonitos, agradables y bien atendidos, y sin muchos snobs alrededor, que hay que ir descubriendo y probando de tiempo en tiempo.
Y por supuesto hay que gozar y aprender mucho más de los viajes anuales, ya sean cortos o largos, a sitios cercanos o lejanos, pero que al leer sobre ellos antes, puedan ser interesantes, o volviéndolos sugestivos al estudiarlos in situ , y que sean acogedores y sin turismo invasivo. Como dice Elif Shafak en, Hay ríos en el cielo, 2024, las personas se dividen en tres categorías: “las que casi nunca ven la belleza (si es que llegan a verla), ni siquiera cuando la tienen delante de los ojos; las que la reconocen solo cuando alguien se la hace ver, y las rara avis que encuentran belleza a cada paso, incluso en los sitios más insospechados. (p. 120).
La escritura, y la lectura, coincidieron con la creación de las ciudades y, como dice Lewis Dartnell en, Ser Humano, 2023, “es una tecnología que busca superar las limitaciones de la memoria humana y la comunicación oral para transmitir conocimientos a toda la sociedad y a lo largo de generaciones.” (p. 45). Elif Shafak dedica de su libro a “una querida escritora que, cuando le pidieron que hablara sobre “mujeres y ficción”, se sentó a orillas de un río y se preguntó qué significaban las palabras”. Según el DLE son una unidad lingüística, dotada generalmente de significado, que se separa de las demás mediante pausas en la pronunciación y blancos en la escritura.
Las palabras del subtitulo del libro de Lewis Dartnell, respecto al argumento de su libro, no pueden ser más claras: “Cómo nuestra biología ha modelado la historia universal”, a lo que es preciso agregar que la biología primero modeló la arquitectura de las viviendas y luego el urbanismo de las ciudades, incluyendo su paisajismo, precisamente los temas de la columna ¿Ciudad? de quién escribe intentando ayudar a que sus habitantes se conviertan en urbanitas al hacerles ver más y mejor las bellezas de su ciudad, y que no la continúen destruyendo, sin paz en el diario vivir ni confianza en un mejor control por parte de sus gobernantes.
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