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Menos es más. 22.11.2001


A esta ciudad le faltan muchas cosas pero también le sobran bastantes.
          La Avenida Sexta, por ejemplo, sería mejor sin los embelecos que le pusieron y que les costaron a los contribuyentes varios miles de millones de pesos. Como sus inútiles bancas, sus "monolitos" de granito o sus jardineras con sus matas secas. Habría que eliminar las bahías para carros pues entorpecen el transito y no dejan apreciar los andenes. Los absurdos y peligrosos tubos rojos del piso no habrá que quitarlos pues ya se los están robando, pero si habría que reemplazarlos por bolardos para que los salvajes no vuelvan a subir sus carros a los andenes, que deberían ser amplios, sencillos y uniformes para caminar, apreciar vitrinas y ver a los demás. La mejor parte de la Avenida Sexta es en la que nada se hizo y nada costó.
            La Avenida Colombia quedaría mejor sin las barandas; lo que queda de ellas, pues con esa costumbre bárbara de repavimentar las calles sin retirar la capa de rodamiento existente, fueron levantados los andenes con el resultado de que quedaron "tragadas"; y dejar solo las imprescindibles por seguridad. Y como también se están robando las pérgolas, pues quitarlas del todo. Y las materas que se hicieron alrededor de los árboles en algunas partes y que se rajaron al otro día. Y por supuesto todas las boberías que se han hecho disque para embellecer el río. Los mejores trayectos de su paso por la ciudad son aquellos en los que solo hay agua corriendo entre piedras, árboles y pasto. Son realmente bellos y únicos en el país.
          Habría que quitar o remodelar muchos "monumentos" que no lo son y cuya ridiculez es tanta que la gente se hace la que nos los ve, o que en verdad no se ven pues se confunden con el deterioro de fondo de la ciudad. Sería una obra de piedad quitar todos los monigotes de pasta imitando bronce que pusieron sin que nadie lo pidiera. ¿Que tal que en una ciudad de bellos árboles el homenaje al árbol sea uno de lata? ¡Que tal el monumento a la policía desvalijado por los ladrones! ¿Es que no se dan cuenta de lo que esto significa?
          Habría que prohibir todos los pasacalles, fatalmente feos pues siempre están escurridos; y lo mismo todas las vallas de publicidad exterior que tapan el cielo, los cerros y los edificios, y ahora los paraderos. Y prohibirlas en las culatas. ¡Y en las fachadas! ¿Es que no se dan cuenta de que no sirven para nada, pero que estropean el paisaje? Y quitar por lo menos la mitad de las señales de transito. No menos  de la mitad de esa mitad son antitécnicas y la otra mitad son señales repetidas, incluso varias veces en algunas partes. Son pruebas descaradas del serrucho que fue ponerlas para reemplazar unas en perfecto estado que ahí están como nuevas ante los ojos de los caleños que prefieren ignorarlas como si no fueran puestas con su dinero, o con tal de no obedecerlas o quejarse de que no se pueden obedecer. ¿Que tal esa que al costado del Hotel Intercontinental prohíbe circular a caballo? ¿O la antiquísima que bajando por el puente de la estación nueva prohíbe entrar a Cali?
          Habría que quitar escalones, tropezaderos y  cambios de materiales de los andenes, pues son tantos y tan molestos que los peatones tienen que circular casi siempre por las calzadas arriesgando su vida y entorpeciendo el transito. Habría, si, que poner semáforos peatonales. En Cali, sin exageración, no hay un sólo anden caminable que se extienda por más de una cuadra. La mayor violencia de esta ciudad es que aquí no se puede ni caminar ni cruzar las calles.
          Con menos cosas, y venciendo su rechazo mestizo y provinciano a lo vacío, al silencio, a lo blanco, lo sencillo, lo liso, lo terso, a lo recto, lo equilibrado, lo continuo, a lo nítido...a lo limpio, Cali volvería a ser fácilmente una ciudad amable y bonita. Pero el problema es que estas obras no interesan pues aunque muy baratas y con una relación costo beneficio muy buena, su CVY en cambio es muy malo. Mejores son esos cruces viales innecesarios, aparatosos y mal diseñados, pero muy costosos, como el de la Avenida Pasoancho con la prolongación de la 5ª, a la altura de la Universidad del Valle, que se sacará a licitación justo para las elecciones.

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