El próximo alcalde será Francisco José
Lloreda o Apolinar Salcedo, pero son los seguidores de Gustavo de Roux los que
decidirán cual. Aunque parte de ellos vote finalmente por Lloreda, por sus
puntos en común con su candidato, otros preferirán a Salcedo a pesar de las
evidentes limitaciones que como invidente tiene, y que ya señaló Gloria H.
Hurtado en su columna hace unas semanas. Quedan, pues, los que piensan que
deben garantizarle a de Roux otra oportunidad, por que lo consideran el mejor
candidato, pero que deberían pensar tambien que a diferencia de Enrique
Peñalosa, que se preparó para ser alcalde durante los tres períodos en que
perdió, de Roux lamentablemente no mostró mayor interés por estudiar a Cali y
mantener activa su campaña.
Sin embargo el
problema es que casi ninguno de los candidatos a la Alcaldía, o de la multitud
variopinta que aspira al Concejo, ha sido educado en lo urbano-arquitectónico y
casi todos aun profesan esas ideas ”modernas” que resultaron desastrosas para
las ciudades como son las autopistas, torres y zonas verdes. Lloreda, por
ejemplo, auspició como Director de Planeación los curvos y aparatosos puentes
vehiculares de la Calle 5ª que se hubieran podido evitar (el de la Avenida
Colombia, hundiendo más el paso bajo que se construyó, para no tener que
demoler, como si nos sobrara plata, los puentes que allí existían, y el de la
Carrera 10 dejándolo para después ya que por allí casi no pasa nadie). Pero se
hicieron, igual que la ampliación de la Circunvalación, por el afán de
inaugurar obras vistosas y el culto que aquí aun se rinde al automóvil.
Afortunadamente Lloreda, bajo la influencia de Peñalosa, parece ahora mas
preocupado por el espacio público y ha tenido la oportunidad de vivir
recientemente en Europa y ver de nuevo ciudades de verdad, entendiendo la
importancia que tienen andenes y ciclo vías en su calidad de vida, temas que
por lo demás están íntimamente relacionados con el transporte, la seguridad y
el desempleo, preocupaciones ciertas de los caleños. Construir todos los
andenes que hacen falta en Cali, por ejemplo, para que podamos volver a caminar
con placer, comodidad, eficiencia y seguridad, sobre todo por el centro de la
ciudad, generaría mucho mas trabajo que hacer mas puentes vehiculares. Estos
son reemplazables por una buena semaforización, que también daría trabajo, y
que nos permitiría cruzar las calles por las esquinas como ordena el nuevo
código de transito, eliminando para siempre la gran mayoría de esos feos
puentes peatonales que ingenuamente se prometen para cada cruce pese a que solo
los pueden usar unos pocos de los muchísimos peatones que los necesitarían.
Tenemos que decidir
si es mejor votar por Lloreda, que ahora es el mejor candidato posible, que
insistir en de Roux, sabiendo que va a perder. De hacerlo así, dejaríamos que
quede Salcedo quien, como se dijo en esta columna días atrás, simplemente no
puede ver con sus propios ojos el creciente y abrumador deterioro de esta
ciudad. Tenemos que entender que la calidad, eficiencia, buen uso y belleza del
espacio público es responsabilidad especifica del alcalde pues no hay otro
funcionario ni institución del estado que se encargue de ello, y que el gasto
en mejorarlo y hacerlo mas digno para todos los ciudadanos es también inversión
social. Votemos mirando a Cali.
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