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Agua pasó por aquí. 17.05.2018


            Cali que no la usó. Miles de metros cúbicos de limpia agua de las lluvias que se desperdician después de causar daños e inundaciones, como se ha dicho antes –inútilmente- en esta columna. Principiando por el río Cali: “Hay que regular sus crecientes con pequeños embalses, como el propuesto hace años en el área del Obelisco y La Tertulia, y varios grandes reservorios en su cauce alto (uno solo es peligroso en un terremoto o un ataque terrorista), además urgentes para abastecer de agua a Cali.” (A votar, 22/09/2011). Y desde luego el titulo de esa columna es significativo en estos días en los que poco se menciona el trastorno climático, como acertadamente lo llama el arquitecto Harold Martínez.
            En Cali podría haber muchos reservorios de diversos tamaños en la parte baja del piedemonte […] para recoger toda esa agua y utilizarla mediante pequeños acueductos [y] a su alrededor podría haber esos parques que tanto echamos de menos, como el muy bello que existe en Ciudad Jardín. Además malgastamos irresponsablemente el agua potable lavando inodoros, pisos y carros con ella, y regando jardines, para lo que fácilmente se podría utilizar el agua de los reservorios mencionados, y después filtrarla para que llegue a los ríos limpia.” (¡Agua!  15/12/2012). Y no continuar contaminándolos como ahora, y estos al mar junto con las bolsas de plástico, basuras y desechos.
            No se comprende que el agua no sólo significa calidad de vida sino que pronto la vida misma, lo que lamentablemente aquí no es noticia. Por eso no se habla a fondo del Cambio Climático cuando se sopesan los candidatos a la alcaldía de Cali como si el asunto del agua nada tuviera que ver con ellos.” (El asunto del Agua, 30/07/2015). Y la verdad es que el clima se ha trastornado artificialmente, pero mientras los holandeses han llegado a la conclusión de que no solo se necesitan diques, sino también usar la naturaleza para contener el agua, aquí poco se hace para proteger la vegetación de sus vertientes para retenerla en épocas de lluvia y que descienda despacio, y aprovecharla después. 
            Además, mientras que se piensa en cómo mejorar y aumentar el suministro de agua y energía, no se hace énfasis en su considerable desperdicio y nada se dice sobre como evitar su robo ni de la racionalización de su consumo logrando su disminución. En Cali se siguen regando jardines y lavando pisos e inodoros con agua potable, y nada se ha hecho para que por lo menos en estos se cambien sus válvulas de descarga […] y que en las nuevas construcciones obligatoriamente se utilice para ello el agua servida de duchas y lavamanos, además de la de las lluvias, la que además se debería recoger en pequeños reservorios en todos los cauces que bajan de la cordillera.” (“Es Cali”, 22/03/2018).
            Tal parece que solo veremos el problema del agua cuando se rompa el jarillón del Cauca y el río vuelva a sus antiguos humedales en los que fue toda una burrada construir lo que irónicamente se llamó Aguablanca. “Agua pasa por mi casa, cate de mi corazón, el que no me lo adivine es un burro cabezón.” Adivina adivinador quienes son...Pues son los ciudadanos que no son tales y votan con el corazón o con el estomago y no con el cerebro, en tanto se desperdician miles ya no de metros cúbicos de agua limpia sino miles de millones de pesos que se van en “mermeladas” mientras las lluvias causan inundaciones y daños, y ya no existirán para cuando llegue el verano y sus largas sequías.

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