Cali
que no la usó. Miles de metros cúbicos de limpia agua de las lluvias que se
desperdician después de causar daños e inundaciones, como se ha dicho antes
–inútilmente- en esta columna. Principiando por el río Cali: “Hay que regular
sus crecientes con pequeños embalses, como el propuesto hace años en el área
del Obelisco y La Tertulia, y varios grandes reservorios en su cauce alto (uno
solo es peligroso en un terremoto o un ataque terrorista), además urgentes para
abastecer de agua a Cali.” (A votar,
22/09/2011). Y desde luego el titulo de esa columna es significativo en estos
días en los que poco se menciona el trastorno climático, como acertadamente lo
llama el arquitecto Harold Martínez.
“En
Cali podría haber muchos reservorios de diversos tamaños en la parte baja del
piedemonte […] para recoger toda esa agua y utilizarla mediante pequeños
acueductos [y] a su alrededor podría haber esos parques que tanto echamos de
menos, como el muy bello que existe en Ciudad Jardín. Además malgastamos
irresponsablemente el agua potable lavando inodoros, pisos y carros con ella, y
regando jardines, para lo que fácilmente se podría utilizar el agua de los
reservorios mencionados, y después filtrarla para que llegue a los ríos limpia.”
(¡Agua! 15/12/2012). Y no
continuar contaminándolos como ahora, y estos al mar junto con las bolsas de
plástico, basuras y desechos.
“No se comprende
que el agua no sólo significa calidad de vida sino que pronto la vida misma, lo
que lamentablemente aquí no es noticia. Por eso no se habla a fondo del Cambio
Climático cuando se sopesan los candidatos a la alcaldía de Cali como si el
asunto del agua nada tuviera que ver con ellos.” (El asunto del Agua, 30/07/2015). Y la verdad es que el clima se ha trastornado artificialmente, pero
mientras los holandeses han llegado a la conclusión de que no solo se necesitan diques, sino
también usar la naturaleza para contener el agua, aquí poco se hace para proteger
la vegetación de sus vertientes para retenerla en épocas de lluvia y que
descienda despacio, y aprovecharla después.
“Además,
mientras que se piensa en cómo mejorar y aumentar el suministro de agua y
energía, no se hace énfasis en su considerable desperdicio y nada se dice sobre
como evitar su robo ni de la racionalización de su consumo logrando su
disminución. En Cali se siguen regando jardines y lavando pisos e inodoros con
agua potable, y nada se ha hecho para que por lo menos en estos se cambien sus
válvulas de descarga […] y que en las nuevas construcciones obligatoriamente se
utilice para ello el agua servida de duchas y lavamanos, además de la de las
lluvias, la que además se debería recoger en pequeños reservorios en todos los
cauces que bajan de la cordillera.” (“Es
Cali”, 22/03/2018).
Tal
parece que solo veremos el problema del agua cuando se rompa el jarillón del
Cauca y el río vuelva a sus antiguos humedales en los que fue toda una burrada
construir lo que irónicamente se llamó Aguablanca. “Agua pasa por mi casa, cate
de mi corazón, el que no me lo adivine es un burro cabezón.” Adivina adivinador
quienes son...Pues son los ciudadanos que no son tales y votan con el corazón o
con el estomago y no con el cerebro, en tanto se
desperdician miles ya no de metros cúbicos de agua limpia sino miles de
millones de pesos que se van en “mermeladas” mientras las lluvias causan inundaciones y daños, y ya no existirán para cuando
llegue el verano y sus largas sequías.
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