Lo es sin duda arrasar con El Dorado y el botín solo será para los que construyan otro aeropuerto pero en el mismo sitio y pagado por todos como si fuéramos ricos. En realidad solo habría que hacer un nuevo terminal, como se realizó en París, Londres, Madrid o México, o sencillamente nuevos muelles, mas grandes y autónomos como se usan ahora y se hizo en Panamá. Es lamentable que aun muchos allá tampoco entienden la importancia de conservar una imagen identificada por varias generaciones con Bogotá y Colombia, y que las ciudades se hacen agregando edificios y espacios urbanos mas que remplazándolos. Que fue lo que penosamente pasó en Cali a lo largo del siglo XX, pues actuamos como nuevo ricos avergonzados de su pasado a pesar que en muchos casos era de lejos mejor y mas bello que su presente. Y ahora, como si fuéramos inmigrantes que todavía no se ponen de acuerdo con su futuro, queremos transformar el Parque del Acueducto, el mejor, mas bello y democrático de Cali, y sin considerar que nos identifica hace muchas décadas.
Es falso que esté deteriorado o sub utilizado y por lo contrario cada día es mas visitado. Pensar que no lo usan los que “solo” lo ven cuando pasan por la Circunvalación es ignorar que las ciudades, como los paisajes, ante todo se miran. En ese caso los Farallones, los Cerros Tutelares y nuestro Rió también lo estarían. Por lo demás un “pulmón verde” es precisamente silencio, tranquilidad, prado, senderos, muchos árboles, ardillas y pájaros, y no edificios, pasarelas, carros, actividades, ruido, vidrio y cemento. El Parque del Acueducto solo necesita mas vigilancia (como toda la ciudad), el mantenimiento y limpieza que ya tiene, algunas mejoras, e integrarlo peatonalmente con el parque al otro lado de la vía pues no hay ni siquiera una cebra. Por lo demás la sub estación eléctrica ya está oculta por la vegetación y además no hay a donde trasladarla o seria costosísimo. De hecho se llevaría cerca de la mitad de los cincuenta mil millones previstos, y con ese dinero sin duda seria mejor hacer varios de los muchos parques que tanta falta le hacen a Cali, como lo propone el Dagma.
Grave error ignorar a la mayoría que se opone a que se cambie su parque y afecten sus barrios. Pésimo ejemplo que nuevamente sean las autoridades las que destruyan nuestro patrimonio como pasó con el puente del ferrocarril en la Octava. Y como viene sucediendo con los parques que hemos dejado irresponsablemente invadir para otros usos por aquello de que están sub utilizados. El Dorado, por lo contrario, lo quieren demoler con la disculpa de que está sobre utilizado. Menos mal que la SCA esta empeñada en su defensa y muchos arquitectos de Cali en la de su parque. Su carta al Alcalde, de la que habló María Elvira Bonilla (El País 10/10/2008), le recuerda de nuevo las leyes y normas que se violarían. Lamentable que no se hubieran informado antes de aventurarse en el despropósito de transformarlo, comprometiendo de paso una iniciativa deseable para la ciudad pero en otra parte. Ojalá el alcalde abra los ojos pues además del parque mismo se privatizaría también su administración. ¿Hasta cuando la Cámara de Comercio va a actuar en Cali como si fuera una alcaldía paralela?
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