Que divertido sería que Cali tuviera un barrio chino como San Francisco, Nueva York o Panamá. Pero el inconveniente es que allá los hicieron por su cuenta los inmigrantes chinos hace muchos años y no un alcalde por decreto. Aquí no los hay suficientes para completar una cuadra si es que se quieren aislar allí como en un gueto, pues el hecho es que su docena de restaurantes están por toda la ciudad ¿alguien les ha preguntado? ¿los van a importar? Y por supuesto seria mas conveniente que Cali tuviera más parques en sus barrios pero lo malo es que lo que se piensa (¿?) hacer son costosísimas plazoletas que ni siquiera lo son del todo. Algunas son mas como parques temáticos dedicados a los caleños por lo que habría que hacer otras dedicadas a los chinos, los japoneses y demás. Pero los que de verdad necesitan barrios, parques y plazoletas son los muchísimos inmigrantes del Pacifico que habitan actualmente en la ciudad a los que por supuesto sería discriminatorio aislar en un gueto y aun más en Aguablanca como quisieran algunos a los que tanto les gustan los parques temáticos.
Mientras tanto Cali sigue sin andenes, sus calzadas son irregulares y llenas de huecos y “policías acostados”, pero faltan muchos mas policías caminando y guardas de trafico, los que deberían ser policías. La gente sigue haciendo con “sus” andenes, antejardines y fachadas lo que se le da la gana sin importarle que son los que constituyen el espacio urbano público por excelencia de una ciudad. Y ni hablar del ruido que las autoridades no oyen como si habitaran en China, ni de las basuras y olores nauseabundos que no huelen saliendo del aeropuerto cuando regresan de sus viajes al exterior como si allá estuvieran los problemas de la ciudad, y a donde deberían haber ido antes y por su cuenta y no ahora pagados los contribuyentes. Y tampoco sienten los problemas del MIO cuyo preocupante futuro se puede evitar si se enteraran de lo que pasa en la capital con su TransMilenio (así lo escriben allá), su metro y su tren de cercanías. Pero aquí ni siquiera les importa que las manilas que “protegen” los jardincitos del Mio se las roben sistemáticamente al día siguiente de que las han reemplazado.
Necesitamos alcaldes muy cultos, conocedores de ciudades y que previamente hayan pensado en la ciudad antes de actuar y tiempo suficiente para hacerlo. Pero nuevamente va a fracasar en el Congreso la iniciativa de su reelección inmediata pues todos quieren tener la oportunidad por turnos de disponer del erario inventándose cualquier cuento chino. Ningún candidato serio puede aceptar el cargo sabiendo que solo cuenta con cuatro años para reversar los muchos errores de muchas décadas, por lo que abría que pensar es en un equipo que garantice la continuidad de una idea de ciudad, la que por supuesto no se puede sacar de la manga sino de la experiencia y experticia de unas cuantas personas. Necesitamos un alcalde que al menos haya leído a Lewis Mumford y sepa porque Cartagena es tan bella y Popayán tan agradable y no crea que Bogotá es nuestro norte y que no coma cuento de los cuentos chinos de Medellín. Que entienda que Cali va de Yumbo a Jamundí y que su principal problema es la (in) cultura ciudadana, sobre todo la de sus autoridades.
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