Finalmente se radicó en el Consejo Departamental de Patrimonio el proyecto de la Avenida Colombia, ya solicitado insistentemente en el Comité de Patrimonio del Municipio hace muchos meses. Así lo manda la ley pues está en el área de influencia de varios Monumentos Nacionales y edificios y lugares de interés patrimonial. Aunque no se toquen las construcciones mismas, se trata de su protección durante la obra y de lo que se encuentre enterrado, como de lo que se ponga enfrente y lo que suceda después en su entorno. El patrimonio no se le ha “atravesado” al proyecto, sino que los municipios también tienen que presentar sus proyectos a dichos organismos cuando afectan la herencia cultural de la Nación, clave de su identidad. Allí son analizados y se remiten sus conceptos al Consejo de Monumentos Nacionales, y a partir de sus conclusiones la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura exige las medidas que considere pertinentes. No se había querido entenderlo y se pretendía iniciar trabajos en unos días sin las autorizaciones del caso
Poco a poco estamos aprendiendo a respetar la Ley, como pide Mockus. No hacerlo lleva a esas ilegalidades que lamentablemente se dan todo el tiempo en todos los ámbitos del Estado, como lo es el corrupto manejo urbano arquitectónico de nuestras ciudades. Junto con la falta de cultura urbana y la creciente delincuencia común son serios problemas pero desafortunadamente, por comparación con otros, no necesariamente mas graves si no mas escandalosos, como la narcoguerra (lo de Jojoy se volvió un espectáculo), y la parapolitica, no se les da la importancia que tienen. En Bogotá se está llenando la copa, como lo denuncia Petro, y en Cali todos sus últimos alcaldes han sido judializados y varios han terminado en la cárcel. Sin embargo son los contribuyentes los que terminan pagando las jugosas demandas de los contratistas de obras públicas cuando no se cumplen los términos y plazos de trabajos asignados a dedo y sin estudios ni proyectos completos, antes de agotar todos los trámites legales. Así sucederá con el de Granada y ya pasó con la doble calzada a Florida.
Y en el caso de que se hunda el proyecto de la Avenida Colombia, además de la excavación iniciada les tocará pagar su vuelta a rellenar para reestablecer el paso, pues aun no se ha resuelto, mediante la construcción de vías alternas, el grave problema de movilización urbana que la obra generaría, y que afectaría negativamente todo el Centro. Una buena idea, como lo es dejar parte de su trafico por debajo de la Avenida misma, propuesta hace años en un concurso público y retomada en el Plan del Centro Global hace unos pocos, tendría que ser abortada por no hacer las cosas bien desde el principio. Es el afán insensato de hacer muchas obras al tiempo y con un sistema de contratación perverso pues los constructores pueden modificar los diseños. Evidentemente los cuatro años que duran los alcaldes de elección popular no son suficientes en unas ciudades que crecen tan rápidamente. Pero llevarse por delante leyes y normas no es desde luego la solución. Esta es una ciudad sin plan y con un alcalde que se va. Pensemos ya en el próximo, Consejo incluido. Ya que nos toca pagar , al menos elijamos mejor.
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