El
“progreso” se ha basado en el crecimiento continuo de la población, el fomento
del consumo y la obsolescencia programada de toda clase de artículos y
bienes, provocando mas contaminación
ambiental y la disminución de bosques, selvas, páramos y glaciares, agua dulce
y biodiversidad, y el agotamiento de los recursos no renovables. Y lo que
distintas fuentes informan es que la época mas pacífica de la humanidad (lo
demuestran las estadísticas) esta amenazada, y no solo por el terrorismo.
La
población del mundo (nacimientos menos muertes) es de mas de una persona cada
segundo, mas de la mitad en las ciudades, y ayer a las 5 am era de
7.329.937.824 (http://www.census.gov/popclock/). Si el
crecimiento continúa habría que aumentar las tierras agrarias en un 50% en los
próximos 30 años. Pero como la gran mayoría de la tierra cultivable ya está en
uso o ha sido degradada, para producir más comida tocaría primero recuperarla y
recurrir a más fertilizantes, descuidando el medio ambiente.
El
objetivo de la obsolescencia programada (incluyendo casas y edificios, hasta de
valor patrimonial) es, por su parte, el mero lucro, propósito único de un sistema económico y de producción que promueve el
consumo creciente, sin considerar que los productos desechados constituyen un
grave foco de contaminación cuando son tantos como sucede ahora. Además, países
en vías de desarrollo están siendo usados como vertederos, generando en ellos destrucción del medio
ambiente y el paisaje.
El consumismo, además, altera el equilibrio ecológico por el excesivo empleo de recursos naturales, cuya extracción y procesamiento en su gran mayoría genera mas contaminación. Y la preferencia por productos innecesarios o fácilmente sustituible, que
son producidos en otra parte, ayuda a desequilibrar la balanza comercial entre las regiones, aumentando la mala distribución de la riqueza, ya que los consumidores son por lo general de un nivel socioeconómico inferior que sus productores.
Con
respecto a la biodiversidad las estimaciones varían: entre muy pocas y hasta
200 especies extinguidas por día, pero el hecho es que miles se encuentran
amenazadas de extinción en el mundo. Y todos los científicos reconocen
que su desaparición es mayor que en cualquier otra época de la historia humana,
y están de acuerdo en que las pérdidas se deben a la actividad humana,
incluyendo la destrucción directa de plantas y su hábitat para la producción de
alimentos, la urbanización o la minería.
No
renovables son el carbón, el petróleo, los minerales, los metales, el gas natural, los depósitos de agua subterránea, y los acuíferos confinados sin recarga. Las estimaciones más optimistas son las de las
empresas, y las más pesimistas de los ecologistas y científicos. Los primeros
tienden a presentar las reservas de hidrocarburos
como todos los yacimientos conocidos más los que prevén
encontrar, pero los segundos señalan el costo creciente de su exploración y
extracción, que disminuye su valor de uso.
En
conclusión, individual y colectivamente, tenemos que propiciar que nos
reproduzcamos mucho menos, consumamos mucho menos, utilicemos mucho menos
combustibles fósiles, y que protejamos mucho mas la naturaleza y las fuentes de
agua, y que volvamos a vivir en el centro de las ciudades y a caminar mucho mas
en ellas. Hay que pensar que el futuro de nuestros descendientes depende de
nosotros y no de ellos, como si en el pasado, y que estamos ante una inflexión en la vida de todos.
Comentarios
Publicar un comentario