Si hay un par de ciudades
bien diferentes son Miami “la ciudad hermana” (adoptada) de Cali, y Granada, su
“hermana mayor” (reconocida o no), con la que comparte la lengua, tradiciones,
climas benignos, paisajes de montes y ríos, y el legado de la bella
arquitectura hispanomusulmana. Infortunadamente, con la adopción de la otra hermana,
después de la Segunda Guerra Mundial, se hizo -y se sigue haciendo- todo lo
posible por desconocerla, de tal manera que ya casi no tiene nada ni de una ni
de otra, por lo que ahora es pertinente recordar su origen “legítimo” pues aun
ayudaría a recobrar su buen rumbo de mediados del siglo XX cuando se decía de
ella que era “la capital del cielo”.
Granada fue capital del reino taifa Zirí durante el siglo XI, y del Nazarí entre el XIII y el XV.
Tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, se mantuvo como capital del Reino castellano
de Granada, una simple jurisdicción
territorial, hasta 1833, cuando se produjo la
actual división provincial de España.
Cali, por lo contrario, fue hasta fines del siglo XIX una pequeña aldea, pero a
partir de 1910, cuando pasa a ser la nueva capital del nuevo Departamento del
Valle del Cauca, y comienza a crecer vertiginosamente con la apertura del Canal
de Panamá y la consiguiente importancia del puerto de Buenaventura y su pronta
conexión vial y férrea con la ciudad.
La bella ciudad española, en el centro de la Vega de Granada, a una altitud de 680, es decir cerca de los 1.000 de
Cali, ocupa una amplia depresión intrabética formada por el río Genil y el piedemonte del macizo más alto de la península ibérica, la Sierra Nevada, que condiciona su clima, es decir de manera similar a
Cali situada en el piedemonte de la alta Cordillera Occidental, dominando el
valle interandino del río Cauca. Pero mientras que aquí, a 3ª 27 de latitud
Norte, el clima permanece sin mayores cambios y con sólo periodos de lluvia o
secos a lo largo del año, allá, a 37º 10´, ya se sienten las estaciones, pero
buena parte del año el clima es similar al de acá aunque mas seco.
Con casi 500 mil
habitantes en su área metropolitana, Granada tiene la sexta parte de la población de Cali, que
ya es casi igual a la de Madrid. Sin embargo, mientras Granada pierde
habitantes pero ya tiene Metro, aquí cada vez hay más y ni siquiera cuenta con
un tren de cercanías, como los llaman allá, y el del puerto se abandonó. Ya se
sabe que en Colombia la mejor calidad de vida se da en sus ciudades
intermedias, como Manizales por ejemplo, con cerca de 400 mil habitantes, y con
mayor razón en Granada que sólo cuenta con unos 200 mil en la ciudad
propiamente dicha, pero que notablemente es mas ciudad en tanto escenario de
una cultura, la que es el mas importante de los orígenes de la nuestra.
Es justamente el problema
central de Cali en donde desde mediados del siglo XX se dejó de mirar a Europa
y se puso de moda Miami, y se comenzó a confundir el crecimiento demográfico de
la ciudad con su desarrollo, y su progreso con la demolición de sus “casas
viejas”. Y aunque inicialmente tuvo una mejor arquitectura moderna, una de las
mejores del país, con motivo de los VI Juegos Panamericanos de 1971, y la
conversión de la vivienda en un negocio junto con la invasión incontrolada de
los automóviles, la vulgarización de lo “moderno” se disparó, y después aun
mucho mas con el auge del narcotráfico en la región. Así olvidamos en apenas
medio siglo el legado andalusí, el que toca ir a gozar allá.
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