Lograr que el aire acondicionado,
indispensable en ciertos espacios cerrados como una sala de cine, consuma menos
energía, es sin duda un aporte a la sostenibilidad, igual que una nevera que
logre lo mismo. Pero no lo es tratándose de una vivienda para el valle del río
Cauca con su generalmente agradable clima tropical cálido-medio a lo largo de
todo el año, cuya climatización puede ser toda pasiva.
Mas el uso energía solar para el aire
acondicionado fue lo que se premio en el Solar Decathlon 2015 a partir de una visión
enfocada desde la ingeniería y no una mas amplia desde la arquitectura, que es por cierto indesligable
de todos los rubros de ingeniería ligados a un proyecto, tal como afirma el
reconocido arquitecto peruano Frederick Cooper y jurado del concurso. “Por
lo general, las estructuras y su constructividad han sido concebidas ajenas a
la composición arquitectónica” concluyó.
De la relación de clima, paisaje y
tradiciones de la que hablo Le Corbusier (Oeuvre complete 1938-46, 1955) y a la que aquí
hay que agregar el relieve, al parecer muchos jurados –no todos- sólo vieron el
clima, pero nada del paisaje y o las tradiciones. Sumando puntos premiaron una
vivienda que es como un acuario en la que no pasa la brisa fresca que baja de
la cordillera, en la que el frio del amanecer no se siente y en la que al
caluroso medio día ya no hay un razón para hacer una corta siesta en una amplia
hamaca.
Como dice Cooper,
puesto que lugar elegido es Cali, las propuestas debieran haberse ceñido a
dichas circunstancias, pero la mayor parte de los diseños no parecen haber
ajustado los aspectos estructurales y constructivos de sus propuestas a las
condiciones socioeconómicas latinoamericanas de los estratos sociales a quienes
debe servir este proyecto. Y por lo demás se presentaron como viviendas
unifamiliares y no como componentes de edificios multifamiliares.
Y respecto al uso
eficiente del agua, el manejo del sistema solar térmico, o los aspectos
sísmicos, si bien muchos proyectos aportan soluciones ingeniosas, suponen unas
complejidades que es poco probable que los usuarios de estas viviendas estén en
condiciones de manipular o mantener. Aspectos que también señalo el arquitecto
austriaco Georg Reinberg, conocedor del tema y también jurado.
No
podía ser de otra manera comenzando por ignorar lo ya adelantado hace ya medio
siglo por Victor Olgyay (Hungría 1910-1970) uno de
los iniciadores y mas importantes pioneros internacionales en el tema, en Clima y Arquitectura en Colombia, 1968,
precisamente en la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Valle, sede
del Solar Decathlon 2015 y del anunciado para 2017.
Pero igualmente no se consideró para nada la ya larga
tradición local de una arquitectura preocupada por el clima y los paisajes de
la región, desde la colonial y de tradición colonial a la moderna de mediados
del siglo XX y hasta alguna ya de inicios del XXI, poca es cierto pero
consistente con el tema, y cuya sostenibilidad se puede sustentar y no apenas
por su temperatura.
Ni tampoco se invitó a los arquitectos que aquí han
trabajado alrededor de lo sostenible desde hace años. Y lo dicho por la prensa
no ha pasado de tratar el Decathlon como si fuera otro reinado de belleza o una
noticia de moda, esta vez de la moda “verde” importada. “Es el trópico” habría
dicho sonriendo Edgardo Patiño Barney, primo de quien escribe y él también
bastante escéptico.
Comentarios
Publicar un comentario