Ir al contenido principal

Libia Yusti. 24.05.2023

 Además de varios importantes edificios en Cali, Libia Yusti, arquitecta de la Universidad del Valle, fue ejemplo de una práctica profesional de la arquitectura que incluía su enseñanza, pero que con la proliferación de facultades de arquitectura en el país se ha acabado, salvo pocas excepciones. Y lo que ahora hay son muchos profesores que enseñan un oficio que no practican, pero al mismo tiempo se abrió la posibilidad de investigar y escribir sobre los diferentes aspectos de la arquitectura, lo que los maestros de antes poco hacían, igualmente salvo pocas excepciones, y que tanta falta hacía y más ahora ante la necesidad actual de replantear el ejercicio profesional de la arquitectura.

Como lo destaca el profesor Francisco Ramírez, su alumno en la Universidad del Valle, el libro de Libia Yusti "Arquitecturas a Tracción", permite entender la correspondencia entre la forma arquitectónica y la forma estructural de su arquitectura; y además facilita su estudio por su claridad conceptual y los ejemplos que lo ilustran, permitiendo seguir aprendiendo de sus lecciones: que el esfuerzo estructural y la economía de recursos son razones evidentes de la expresividad de toda la buena arquitectura, y que en esta, el rigor y la verdad se perciben como belleza; justamente lo que se echa de menos en la “arquitectura espectáculo” y mucho más en la que solo
la imita.

Se trata, una vez más, del vínculo que estableció hace más de dos mil años el arquitecto romano Marcus Vitruvius Pollio, entre el emplazamiento de los edificios, y su función, construcción y forma, y lo que nunca ha sido de tanta necesidad como ahora, cuando es imperativa una arquitectura, como la llama el arquitecto Bill Reed en Estados Unidos, no apenas sostenible sino que produce excedentes de energía y agua, y comida en sus vergeles y huertos, y que debe durar mucho más que sus fines iniciales; en otras palabras, seguir la propuesta de John Fullerton para replicar el modelo de la naturaleza en la agricultura (Semana Sostenible, 08/2022).

Esfuerzo estructural y economía de recursos que son evidentes en la belleza de la arquitectura de Libia Yusti, lo que se puede comprobar en la Plaza de Mercado de Siloé, de 1950, proyectada con Elly Burckhardt, su amiga y compañera, pese al caos urbano que la rodea, o en el Gimnasio del Pueblo, de 1971, ya en asoció con Enrique Richardson, y sin duda uno de los edificios deportivos más bellos e interesantes que se pueden ver, como lo destaca Ramírez, pese a su discutible remodelación de 2016. En ambos casos, la forma es resultado de la interacción de las acciones y reacciones de los esfuerzos de una estructura que se integra totalmente a la cubierta y no solo la sostiene.

Recuerdan sus alumnos que Libia Yusti, visitando ejemplos en la región, los introducía en la comprensión y valoración de la arquitectura, desde la indígena y colonial hasta la contemporánea, como de seguro la Plaza de Mercado de Santa Elena, de 1962, del célebre ingeniero español Félix Candela, mirándolos críticamente y dibujándolos para explicarlos; concluyendo que la buena arquitectura parte de valorar las propiedades de los materiales, para poder desplegar su potencialidad. Quien escribe recuerda su visita a su casa de fin de semana, “La Biencontenta”, cuya cubierta, una pequeña pirámide, se pude explicar como de “par y nudillo” o de “parhilera”, o su híbrido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d